Un tira y afloje sobre dos temas fundamentales -los tiempos y forma de la repatriación de los cubanos y el intercambio de información de inteligencia- del nuevo entendimiento sobre el tema migratorio tiene aún en suspenso la firma de un acuerdo entre México y Cuba.

Presionados por los tiempos, el incremento de la migración ilegal por México y la presencia en el caribe mexicano de traficantes xde indocumentados, la Tercera Reunión del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Migratorios y Consulares a realizarse el próximo 3 de octubre buscará tener listo el documento completo de los que será un simple memorando de entendimiento que habrán de firmar, entre el 19 y el 21 de octubre, los cancilleres de México, Patricia Espinosa, y Cuba, Felipe Pérez Roque.

Fuentes del gobierno de la isla consultadas confirmaron a EL UNIVERSAL que dos son los temas fundamentales que tiene congelado el avance del entendimiento.

Es decir, los tiempos y formas de la repatriación de los cubanos asegurados en territorio mexicano y el intercambio de información de inteligencia sobre las organizaciones integrados por cubanos residentes en la Florida que trafican a ciudadanos de la isla y se vinculan con carteles del narcotráfico en el caribe mexicano.

Son dos temas, asegura la misma fuente, que interesa a Estados Unidos, país que genera presión a las reuniones entre Cuba y México.

Diez años después de que ambos países suscribieron un acuerdo migratorio bilateral como respuesta al ascendente flujo migratorio a territorio mexicano, los dos países no han logrado acuerdos sustanciales para mitigar el crecimiento de la ola de cubanos que abandonan de forma ilegal la isla -vía marítima a la Florida y terrestre por México- rumbo a Estados Unidos, nación a donde recalan cada año unos 14 mil habitantes de Cuba, cifra que podría aumentar hasta un 30 por ciento en el presente años.

La falta de acuerdos sustanciales y las diferencias que se mantuvieron en la segunda Reunión del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Migratorios y Consulares que se realizó en julio en La Habana -la primera se realizo en México en abril pasado-, estancó la redacción del primer borrador del acuerdo migratorio.

En esa ocasión, las delegaciones, encabezadas por la parte mexicana por el subsecretario para América Latina y el Caribe, Gerónimo Gutiérrez Fernández, y de la parte cubana por el vicecanciller Alejandro González, avanzaron en temas menos espinosos, como la modernización de los procesos de documentación para entregar visas a los cubanos que quieran viajar y la revisión y actualización de instrumentos jurídicos vigentes de asistencia jurídica mutua en materia penal.

México considera a la migración cubana un problema de seguridad nacional, primordialmente por la amenaza de un futuro éxodo masivo al territorio nacional, es por ello que en las conversaciones entre los dos países han estado presentes representantes de la Secretaría de la Marina-Armada de México, la Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

La sorpresiva presencia del director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional en la delegación mexicana confirma la preocupación del gobierno mexicano por el aumento de la migración de cubanos por territorio mexicano y los riesgos que esta representa para el país.

Uno de los temas polémicos es la repatriación de unos mil 200 cubanos que cada año son asegurados por autoridades mexicanas en varios estados del país.

Cuba no acepta repatriar a los isleños llegados a México de terceros países como Ecuador, Belice, Panamá, Honduras y Guatemala.

La permanencia prolongada en las estaciones migratorias ha provocado incidentes violentos, como motines y fugas.

Actualmente sólo existe un acuerdo migratorio verbal donde se establece que todo ciudadano que llegue a territorio nacional y sea detenido en el mar por la Armada de México podrá ser repatriado.

Los cubanos se han convertido en una carga pesada para el organismo migratorio, porque no pueden ser repatriados al no existir un entendimiento con el gobierno de la isla.

Los cubanos indocumentados que se internan a México por tierra no son repatriados, sólo son detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) durante 15 días, depositan una multa para obtener su libertad y de inmediato viajan al norte para cruzar hacia los Estados Unidos, en donde se acogen a la llamada Ley de Ajuste de 1966, con lo cual obtienen su residencia permanente.

Es la migración, el último obstáculo pendiente entre ambas naciones para regularizar los vínculos bilaterales y dar el paso final para la normalización plena de las relaciones políticas, diplomáticas, financieras y comerciales.

El próximo 3 de octubre, dos importantes delegaciones de los gobiernos iniciarán los trabajos de la Tercera Reunión del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Migratorios y Consulares buscando zanjar las diferencias que aún existen en torno a la firma de un acuerdo que se intenta sea firmado durante la gira del ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Felipe Pérez Roque, a la Ciudad de México el próximo 19 de octubre.

fml