Una versión oficial de la Historia de México, según la cual, el país estaba fundado "en el ejercicio de la democracia", difundió el gobierno durante el movimiento estudiantil de 1968.

Pese a ello, la prensa internacional publicó las protestas contra el autoritarismo y la cerrazón del régimen colmaron calles y plazas, con su correlato en hospitales y cárceles.

A los corresponsales extranjeros se les mostró el retrato de un Estado "del pueblo", al igual que un PRI, en el poder 40 años entonces, como el heredero de la Revolución mexicana.

El mundo vivía el apogeo de la Guerra Fría , la colisión de Estados Unidos y la Unión Soviética secundados por los países de sus zonas de influencia. Al través de ese enjambre geopolítico transitó la formulación de la historia oficial mexicana.

Los expedientes de Relaciones Públicas del Comité Organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada , consultados en el Archivo General de la Nación (AGN), incluyen el texto de un folleto de divulgación, según el cual, el México de 1968 es un país de libertad y progreso.

El relato para periodistas sostiene: "La imagen actual de México (es) resultado de una lucha secular y sucesiva contra el medio físico, el terror religioso, la conquista y la dominación, la dispersión nacional, la invasión extranjera y la dictadura". Sobre todos los obstáculos triunfa el pueblo.

"Hoy los mejores esfuerzos de México se aplican a superar la miseria, la insalubridad, la incultura y la injusticia", plantea el resumen del país que padecía la contradicción de ser el anfitrión de los Juegos Olímpicos de la paz, misma que trataba de reimplantar la fuerza pública.

Al relatar la pérdida de la mitad del territorio de 1848, por la invasión de Estados Unidos, el historiador olímpico enfoca como responsable, no al poder de Washington, sino "al caudillo conservador que perdió la guerra con Texas" ( Antonio López de Santa Anna), exponente de "un periodo de barbarie política".

Señala dos metas de la Revolución mexicana: El desarrollo económico con justicia social, así como fortalecer la soberanía nacional.

Por lo que respecta a la política interna, en México no hay sistema de partidos en la época. El sol es el Partido Revolucionario Institucional, de manera que para la organización del evento, bastó con dar cuenta a los periodistas de una relación de "25 Preguntas y Respuestas sobre el PRI y la Revolución", que se describe como una organización política democrática, autocrítica, formado por las fuerzas revolucionarias del pueblo, que respeta la Constitución.

Se trata del mismo partido contra el que chocaba entonces el movimiento estudiantil; que acarreó burócratas, el 28 de agosto, en una manifestación "de desagravio"; de dirigencias sindicales que exigían la represión militar contra el descontento universitario.

La descripción de la política interna para extranjeros, no se ocupa de la composición del Congreso. No eran del PRI sólo tres diputados. El Senado por completo era priista, al igual que el cuadro de gobernadores. Tampoco comentó que a panistas, la Policía los encarcelaba en tiempos electorales, y el Partido Comunista Mexicano (PCM), sólo en mayo se entrevistó con el presidente Gustavo Díaz Ordaz en defensa de presos políticos.

Del partido de la unidad nacional, de cuatro décadas de paz, están excluidos los grandes capitalistas, banqueros, empresarios. El resto de la población -campesinos, obreros, profesionistas, clases medias y populares-- cabe en sus organizaciones de masas, en las que se vive un dogma: el partido no se equivoca, fallan los hombres.

La pregunta que formulaban los periodistas en 1968, pero todavía antes de la derrota del PRI en el 2000, sobre "¿Por qué el partido es revolucionario e institucional al mismo tiempo?", ocupó diez líneas en el texto de las respuestas:
Revolucionario, porque propugna por la transformación positiva de la realidad; institucional, porque defiende las instituciones creadas por la revolución, entre ellas, el ejido, la pequeña propiedad, la seguridad social.

Era el partido de masas, que 40 años después de su fundación aplaudía la opción de aplastamiento del movimiento estudiantil.

Gustavo Díaz Ordaz era el noveno presidente del régimen del PRI, que llevó a 14 jefes de Estado al poder, por medio de elecciones de "carro completo", en las que el candidato presidencial fue designado por su antecesor, con el apoyo económico y operativo del gobierno.

En 1968 gobernaba en Nicaragua el general Anastasio Somoza Debayle, quien había accedido al poder un año antes, en relevo de su hermano Luis, con una elección al estilo de "carro completo", y con el control de la Guardia Nacional.

Derrocado por la insurgencia sandinista, en el exilio en Paraguay, en 1980, en una entrevista con la periodista Rita Gánem , Somoza se quejó con amargura de que al final el PRI lo dejó solo, después de que el partido mexicano lo ayudó en sus inicios.

La paz mexicana, bajo la égida del PRI, había tenido sobresaltos con movimientos de protesta de los gremios de ferrocarrileros, médicos, en la última década, así como brotes guerrilleros en Guerrero, y huelgas estudiantiles dos años antes en varias universidades. Los líderes presos, como Valentín Campa y Demetrio Vallejo, tenían en común su ideario socialista y comunista.

El Partido Comunista Mexicano (PCM), aunque era la organización política más antigua del país, carecía de reconocimiento público, por lo que no participaba en la competencia electoral por los puestos públicos en los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Dicha organización sería culpada y perseguida, desde el 26 de julio de 1968, como responsable de un supuesto complot contra los Juegos Olímpicos, oculto en el movimiento estudiantil.

El presidente Díaz Ordaz sostuvo la tesis de la conjura del exterior, en sus Informes al Congreso, como una amenaza de la que su gobierno tuvo conocimiento desde meses antes del estallido del conflicto.

Sin embargo, casi tres meses antes del problema, el 7 de mayo, negoció con ese virtual enemigo, al reunirse con líderes del PCM, con quienes discutió las inquietudes para "ampliar la democracia", la incorporación de la izquierda en la competencia electoral, la libertad de presos políticos, eliminar la persecución contra la izquierda, entre otros puntos. Ello explica que el PCM respaldara la iniciativa de Díaz Ordaz para dar la ciudadanía a los 18 años.

A fines de noviembre, cuando eran perseguidos todavía líderes del movimiento estudiantil, y muchos ya eran reos en Lecumberri, La Procuraduría General de la República (PGR) daba a conocer un decomiso, que en el siglo 21 sonaría como irrisorio: Habían sido descubiertas cien toneladas de propaganda "roja subversiva" soviética, china y cubana, en una misma bodega.

Como si se tratara de estupefacientes, las toneladas de impresos -que no fueron descritos a la opinión pública- sería destruidas, como material peligroso, que había ingresado en forma clandestina y tenía como destinatarios los jóvenes de México.

Entre las 25 preguntas y respuestas, con las cuales el Comité Organizador de los Juegos de la XIX Olimpiada , explica al PRI y la Revolución, sobresalen algunas:

¿Qué es el Partido Revolucionario Institucional?
--Tiene el objeto de conquistar y mantener el poder público mediante el sufragio, para impulsar el desarrollo nacional.

¿Cuál es la ideología del PRI?

--Sostiene que debe crearse una nueva sociedad mexicana caracterizada por el cabal disfrute de los bienes materiales y culturales que requiere el hombre para vivir con libertad y dignidad.

¿Por qué lucha el PRI?

Por la soberanía; por el respeto a la Constitución; por el desarrollo económico y la justicia social; por el perfeccionamiento de la democracia; por la paz mundial; por brindarle a la juventud las mayores oportunidades de paz, cultura, trabajo, preparación profesional.

¿Por qué es un partido democrático?
--Por que tiene la más amplia base popular, por que respeta la vida interna de sus organizaciones.

¿Qué hace el PRI por la juventud mexicana?

--Contribuye a formarla cívica y moral y profesionalmente, infundiéndole el sentimiento de amor a la patria, a sus mejores tradiciones, a sus héroes.
Sin mencionar al movimiento estudiantil, el texto señala:

"Los jóvenes tienen derecho, sí, pero uno no lo tienen: el de dilapidar el tiempo, el de derrochar el sacrificio y el esfuerzo del pueblo que sostiene las escuelas. No tienen derecho de desperdiciar su oportunidad y su vida, que son para México, para el pueblo que los forma y los educa".

Así hablaba el PRI, en 1968, el partido de nueve presidentes en el poder, entonces; que exigía la mano dura contra el movimiento estudiantil, y el que había afianzado a Anastasio Somoza, el tercero de la dinastía de dictadores en Nicaragua.

cgb