No fue una marcha por la diversidad sexual, ni un festival de música electrónica como el Love Parade, pero frente al "Caballito" de Paseo de la Reforma un centenar de jóvenes brincaban y bailaban sobre la plataforma de un camión que los transportaba al ritmo de la canción "One More Time" del dúo francés Daft Punk.

Con lentes oscuros, de esos que cubren la mita del rostro, camisetas blancas con letras rojas que decían PSD y jeans, estos chavos y chavas de la Liga Juvenil Socialdemócrata -del partido Alternativa Socialdemócrata- hicieron una caravana por las calles hacia seis organismos federales para celebrar el Día Internacional de la Juventud y exigir en cambio en las políticas hacia ese sector de la población.

En su primera parada, en el Instituto Mexicano de la Juventud, reprobaron al presidente Felipe Calderón por no garantizar la educción superior para todos los jóvenes mexicanos.
Eric Uribares, uno de los organizadores, criticó que en las planes del gobierno federal, como el Sistema Nacional de Cultura, carezcan de una política pública para los jóvenes.

Marco Antonio Vera, un joven de 25 años, lo secundó al señalar que en México sólo se privilegia la educación cuando es un negocio.

"Exigimos que la educación sea vista como una necesidad social a la que se debe dar respuesta por medio del recaudo de impuestos que todos pagamos y que son destinados a las campañas de los políticos".

En ese mismo tono, la caravana se dirigió también a la Secretaría de relaciones Exteriores, a Gobernación -cercada por vallas metálicas y elementos de la Policía Federal Preventiva- a la secretaría de Seguridad Pública capitalina donde exigieron no criminizar a la juventud, y en pleno corazón de la Zona Rosa, la "banda está bien prendida", dijo Lizbeth, una joven socialdemócrata.
Sólo unos minutos detuvieron su paso en la glorieta del Metro Insurgentes para tomar rumbo hacia a la Secretaria de Salud federal y al Consejo Nacional para prevenir la Discriminación, donde concluyó la caravana, y donde entregaron un documento sobre la discriminación, que elaboraron el lunes pasado en el Congreso de Jóvenes Socialdemócratas.

"¡Cómo estamos chavos!", les preguntó el encargado del micrófono "Bien prendidos", les respondieron dos chavas. Pero lo que más atrajo la atención de los ciudadanos fue la segunda plataforma, donde un grupo actores representaron a una juventud "amarrada" por problemas sociales como la violencia y la drogadicción.