Los Putinismos del ex presidente ruso
El ex
presidente ruso Vladímir Putin ha dejado para la historia una retahíla de
frases ocurrentes más propias de un cuartel que del Kremlin y que son conocidas
popularmente como "putinismos".
"Se hundió", respondió un sonriente Putin en
septiembre de 2000 a una pregunta de Larry King (CNN) sobre el naufragio del
submarino nuclear Kursk, hundido un mes antes en el mar de Bárents con 118
marineros a bordo.
La frase causó indignación tanto en Rusia como en el
extranjero, pero Putin, que dice leer con asiduidad la Biblia, aún tenía
reservadas en la cartera frases similares para el auditorio que se han
convertido en aforismos entre los rusos.
"Si quiere convertirse en fundamentalista islámico y
someterse a una circuncisión, le invito a Moscú. Le aseguro que se lo harán de
tal forma que no le volverá a crecer nada más", señaló Putin durante una
conferencia de prensa en Bruselas en 2002.
Putin replicó así a la pregunta de un periodista francés que
le había preguntado sobre la política de tierra quemada del Kremlin en
Chechenia al término de una cumbre entre Rusia y la Unión Europea.
En agosto de 1999, nada más asumir el cargo de primer
ministro, Putin adelantaba el comienzo, que se produciría dos meses después, de
la segunda guerra chechena.
"Perseguiremos a los terroristas por todas partes, si
es en un aeropuerto, pues en un aeropuerto. Y si los encontramos en el baño,
pues en el mismo retrete los dejamos tiesos", dijo.
Esta frase disparó las comparaciones con su homólogo
norteamericano, George W. Bush, cuyas frases y deslices son popularmente
conocidos como "bushismos".
En relación a las críticas sobre su decisión de ordenar una
segunda guerra en Chechenia, señaló en otra ocasión: "Es nuestro propio
país. ¿Cómo podemos quedarnos con los brazos cruzados? ¿Abrir la boca y cazar
moscas?".
A Putin tampoco le gustó la insistencia de las autoridades
británicas para que Rusia modificara su Constitución para permitir la
extradición de Andréi Lugovói, principal sospechoso del asesinato del ex espía
Alexandr Litivinenko en Londres.
"Que se cambien ellos los sesos y no nuestra
Constitución", aseveró.
Las pretensiones territoriales de Letonia también recibieron
su debida réplica: "No recibirán el distrito Pitálovski, sino las orejas
de un asno muerto".
"Me preguntan que cuándo tuve relaciones sexuales por
primera vez. No lo recuerdo. Pero recuerdo perfectamente cuándo lo hice por
última vez. Puedo precisar hasta el minuto", señaló durante una
conferencia virtual en 2006.
Putin tampoco se contuvo cuando la candidata demócrata a la
Presidencia de EEUU, Hillary Clinton, aseguró durante un mitin electoral que él
"no tenía alma", ya que había sido agente del KGB.
"Un dirigente estatal debe tener, como mínimo,
cabeza", replicó.
En un intento de llamar la atención sobre la pasividad de
las autoridades de la península de Kamchatka a la hora de poner en marcha un
programa de reconstrucción de viviendas tras un terremoto, Putin les espetó:
"Sólo se meten el dedo en la nariz. Qué sacan, no lo entiendo".
A los observadores de la OSCE, que renunciaron a supervisar
las elecciones presidenciales rusas debido a las restricciones, Putin les dijo:
"Sería mejor que enseñen a sus mujeres a cocinar 'schi' (típica sopa rusa
de col)".
En respuesta a las informaciones de la prensa occidental
sobre que él era el hombre más rico de Europa con una fortuna estimada en
40.000 millones de dólares, Putin aseguró: "Se lo sacaron todo de la nariz
y lo untaron en el papel".
A los llamamientos a expulsar a Rusia del G8 o impedir su
ingreso en la OMC por la flagrante violación de los derechos humanos, Putin
señaló: "Dejen que los perros ladren, la caravana sigue su camino".
Curiosamente, Putin mostró más contención cuando una
periodista rusa le preguntó hace poco sobre sus supuestos planes de boda con la
gimnasta Alina Kabáyeva.
"Creo que no es una sorpresa si os digo que está claro
que me gustan todas las mujeres rusas, las mujeres rusas son las más bellas del
mundo", señaló.
Recientemente, al describir sus ocho años de gestión al
frente del Kremlin, Putin aseveró: "Durante estos ochos años, trabajé como
un esclavo en las galeras, de la mañana a la noche".
Putin aún tendrá la oportunidad de enriquecer su
glosario personal con nuevas "perlas", pues ha dejado el Kremlin para
asumir el cargo de primer ministro de Rusia.
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