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Provoca el cartón político en México risa y reflexión: Monsiváis

Notimex| El Universal
17:13Viernes 28 de marzo de 2008

El ensayista y narrador ofreció una conferencia en el Museo Nacional de las Intervenciones. (Foto: Archivo/ EL UNIVERSAL )

Considera el escritor que la caricatura cada vez pierde más espacio de influencia debido al radio y la televisión

En México, el cartón político no es un género que los lectores juzguen como subversivo, sino un instrumento que provoca risa y reflexión, opinó la víspera aquí el ensayista y narrador mexicano Carlos Monsiváis, al ofrecer una conferencia en el Museo Nacional de las Intervenciones.

Como parte de un ciclo de ponencias que se lleva a cabo en ese lugar, el autor de "Aires de familia" dijo además que a diferencia de otras épocas, como la del Porfiriato, la caricatura ha dejado de ocupar el papel preponderante que tuvo ante el advenimiento de la radio y la televisión, que acaparan el 94 por ciento del espacio informativo.

En México, dijo, "no creo que la caricatura se juzgue subversiva, no en el sentido de lo que piense el poder, sino en el sentido de lo que resienten los lectores". Destacó que puede ser un elemento enormemente gracioso, por la recapitulación de hecho, "puede ser un juicio muy certero".

Además agregó que la caricatura "puede adelantar puntos de vista que apenas larvaban dentro de nosotros; pero no hay subversión en el sentido de que no provoca a otra cosa que la risa y la reflexión como procesos simultáneos".

Después de exponer de manera sesuda la aparición y desarrollo del cartón político en México, Monsiváis agregó que ahora "el alcance de la caricatura es muy profundo pero muy restringido, a diferencia de los caricaturistas de la etapa de Porfirio Díaz".

Señaló que en aquel tiempo partían del hecho "sus lectores los iban a considerar de un modo u otro sacrílegos, no iban a verlos como ejerciendo una libertad de expresión, sino como la frente de un sacrilegio".

En esa época, abundó, "podían aceptar o no el sacrilegio, pero nunca lo desdeñaban puesto que el poder en sí mismo se había convertido en una expresión de la divinidad o de poderes irrebatibles.

"Ahora esto ya no sucede, cualquiera puede discrepar de diferentes maneras y no se le considera sacrílego, en todo caso impertinente, pero no más", acotó.

A diferencia de esa época, la "aceptación profunda de los derechos del caricaturista constituyen otra de las diferencias y otra posibilidad sería juzgar si entonces eran más ridículos o si ahora son más ridículos".

"Pero no hay respuesta porque no podemos hablar con quienes vivieron entonces para que nos digan como juzgan el ridículo", estimó.

En suma, dijo, las diferencias entre la caricatura que se hacía en otra época y la actual "no son tantas, había excelentes artistas, un poder ansioso de idolatrías, las diferencias empiezan en las zonas del efecto".

Actualmente, concluyó "la televisión y la radio ocupan el 94 por ciento del espacio informativo, es decir, nos informamos básicamente a la radio y la televisión, la prensa ocupa el 6 o 7 por ciento pero no más", por lo tanto, la caricatura cada vez pierde más espacio de influencia.


mzr



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