La fotogafía de un hombre con la cara cubierta amarrado a un poste, el cabello trasquilado y sobre su pecho un cartel que dice: "Estoy así por rata" le dio la vuelta al mundo el 19 de octubre en 2006. El autor es Raúl Estrella, colaborador de EL UNIVERSAL, quien afirma que en 23 años de trabajo nunca había cubierto algo tan fuerte como el conflicto magisterial de Oaxaca.

"Finalmente yo era fotógrafo de Deportes", dice el periodista que este jueves fue galardonado con el Premio Rey de España que se otorga anualmente a periodistas iberoamericanos.

Tras media vida de cubrir mundiales de futbol, olimpiadas, juegos panamericanos y torneos de box, hace unos años incursiona en la cobertura de información general, "nada complicado, conferencias de prensa en Los Pinos...", relata Estrella.

Nunca imaginó que alguien le apuntaría con una pistola mientras hacía su trabajo. Ese día llegó el 28 de octubre del 2006, en la capital del Estado de Oaxaca, durante un enfrentamiento entre miembros de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca y presuntos funcionarios del gobierno del estado.

Esa fue la gota que derramó el vaso y que le ocasionó (junto con su compañero reportero Jorge Octavio Ochoa) una crisis emocional. "Pasamos toda una tarde llorando, dando gracias a dios que salimos vivos, nos tomamos un tequilita para bajar la adrenalina y nos tuvimos que guardar dos o tres días", recuerda Estrella.

En esa misma refriega murió el periodista estadounidense Bradley Roland Will, de la agencia Indymedia.

"Nos mandaron el mensaje de que teníamos que salir de Oaxaca, pero no quisimos", dice.

A pesar de haber capturado el instante en que pudo haber perdido la vida, la imagen por la que fue premiado es otra, que también recibió un galardón por la revista de circulación nacional Día Siete.

¿Por qué crees que esta imagen (la del hombre amarrado) causa tanto impacto?

"Es tan impactante porque estas escenas no se ven en México". Y relata que los hechos se dieron así:

"Era exclusiva de la corresponsal de EFE, Daniel Aguilar, de Reuters y mía. Los tres fotógrafos andábamos en equipo porque no podiamos andar solos y nos hablaron para ir a tomar a otro amarrado, no este. Estando en ese lugar pasa un taxista y nos dice: 'aquí adelante hay otro', así muy quitado de la pena y pues vamos abuscarlo, a tomarlo y nos encontramos con esta escena del joven con el cartel en el pecho; ya lo habian trasquilado, lo habían azotado en el poste. Hay otra foto donde se ve la sangre embarrada en el poste, había hasta niños viendo esta escena".