Una mujer birmana murió hoy tras estallar un artefacto explosivo en el cuarto de baño de una estación de trenes de Napydaw, la nueva capital de Birmania (Myanmar) inaugurada por la Junta Militar hace poco más de dos años.

Fuentes oficiales confirmaron la muerte y el incidente en la estación de Pyinmana, cuya autoría no ha reclamada, de momento, ninguno de los grupos armados que operan en el país, según recogen los medios tailandeses.

Aunque el régimen militar mantiene un control férreo del país y la seguridad es máxima sobre todo en Napidaw, la capital-búnker que construyeron ingenieros norcoreanos para los generales birmanos, los atentados con bomba ocurren con cierta frecuencia en Birmania.

El país está gobernado desde 1962 por una dictadura militar que, el pasado septiembre, fue desafiada por masivas manifestaciones pacíficas encabezadas por monjes budistas.

Las autoridades aplastaron las marchas, causando diez muertos, y arrestaron a casi 3.000 personas, según datos oficiales que la disidencia considera inferiores a los reales.

Esta semana, un tribunal de justicia condenó a penas de entre ocho y tres años de prisión a trece activistas que tomaron parte en las manifestaciones.