El empresario de origen argentino Carlos Ahumada Kurtz afirmó que el haber dado a conocer los videos de corrupción, en los que se involucraba a funcionarios del gobierno del Distrito Federal (GDF), “fue un granito de arena” que desembocó en lo que se vivió en México en julio del año pasado.

En entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, dijo estar feliz por su liberación, pero reconoció que "pasar por esta prueba es algo muy complicado".

Narró lo acontecido en su proceso de liberación del Reclusorio Norte, mencionó que cerca de las 21:00 horas las autoridades les avisaron a los procesados debían acudir al juzgado para que les notificaran de su libertad.

El dueño de grupo Quart afirmó que el juez que le entregó el auto de libertad determinó que “la acusación ministerial por la comisión del delito de fraude genérico en agravio del Gobierno del Distrito Federal (GDF) quedó sin efecto al no encontrarse pruebas de culpabilidad”.

Añadió que al momento de recibir la sentencia del juez rompió en lágrimas “porque se determinó que yo nunca cometí un delito, sólo fue lo que ya todos se están imaginando, pero mi inocencia estaba siendo probada”.

Mencionó que mil 131 días después de ser encarcelado y posteriormente de recibir el auto de libertad, regresó a su celda y llamó por teléfono a su esposa, Cecilia Gurza, para anunciarle su liberación.

“Ella llamó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que estuviera presente durante el proceso de liberación, ya que las autoridades estaban poniendo trabas para permitirme la salida”, comentó.

Carlos Ahumada dijo que una vez que llegó a la puerta de salida, “lo primero que vi fueron muchos periodistas, y sólo alcance a escuchar dos o tres preguntas y en ese momento comencé a sentir que me estaban jalando.

“Un hombre se me acerca y me pone un brazo en el cuello y empuja a Emiliano (su hijo), me comenzaron a insultar y me dijeron que no hiciera las cosas difíciles. Luego me metieron a una patrulla donde me golpearon y me siguieron insultando”, apuntó Carlos Ahumada.

Dijo que sólo cuatro personas iban custodiando su seguridad, “pero ninguno iba armado”. Agregó que fueron ellos quienes salvaron a su esposa e hijos de recibir más golpes y maltratos.

El empresario aseguró que en el momento de su nueva detención nadie le mostró ninguna orden de aprehensión “ni me dijeron a dónde íbamos”.

Agregó que la patrulla se dirigió al llamado búnker, es decir la Agencia 50 del Ministerio Público, ubicada en al colonia Doctores, donde las autoridades del lugar “me trataron de una manera normal, ahí me comenzaron a cambiar las cosas de manera radical, comparado con las condiciones a las que yo estaba acostumbrado”.

Ahumada Kutz afirmó que las autoridades de la Agencia 50 nunca le dijeron para qué fue detenido, “sólo me decían: cálmese, no se preocupe, esta situación se va a solucionar en la tarde o en la noche, pero el mismo día”.

Mencionó que sus abogados nunca tuvieron acceso a dicha Agencia del Ministerios Público.

El empresario argentino explicó que su presentación en el búnker se debió a una diligencia “común y corriente” para firmar unos documentos, y que su declaración fue breve: “Me tardé más en el servicio médico”.

“Estoy muy feliz con mi familia, a la cual me voy a dedicar íntegramente por un tiempo. No tengo rencor, esta amarga experiencia me deja muchas cosas para reflexionar en vida”.

Al ser cuestionado por Gómez Leyva si se arrepentía de lo declarado en julio de 2004, cuando reconoció que se había equivocado al dar a conocer los videos, donde estaban implicados funcionarios del gobierno local, Ahumada contestó:

Eso te lo respondo personalmente en tu programa, pero de principio puedo decir que en este momento siento una cosa totalmente diferente, siento que fue un granito de arena que se sumó a lo que finalmente ocurrió en julio del año pasado.

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