Un prominente cardenal del Vaticano condenó la sentencia de muerte de Saddam Hussein y se pronunció por evitar su ejecución, según declaraciones publicadas por un diario italiano el jueves.

Tras reconocer los crímenes atribuidos al depuesto gobernante iraquí, el cardenal Renato Martino reiteró que la pena capital contraviene las enseñanzas de la Iglesia Católica.

La ejecución de Hussein castigaría “un crimen con otro crimen”, dijo Martino, el ex embajador del Vaticano en las Naciones Unidas que fue designado por el papa Benedicto XVI para atender los asuntos judiciales.

En una entrevista difundida por el diario La Repubblica, expresó también la esperanza de que la ejecución no se lleve a cabo.

Al insistir en la oposición firme del Vaticano a la pena de muerte, Martino dijo que la vida debe ser protegida desde el comienzo y hasta su final “natural”.

“La pena de muerte no es una muerte natural. Y nadie puede dar muerte, ni siquiera el estado”, expuso.

El martes, la corte suprema de apelaciones de Irak rechazó un recurso de Hussein contra su condena a la pena capital por la muerte de 148 personas en la localidad iraquí de Dujail en 1982. El tribunal dijo que el ex presidente debería ser ahorcado en los próximos 30 días.

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