Luego de cumplir, el pasado 1 de diciembre, dos años al frente de la administración estatal, el gobernador Ulises Ruiz Ortiz cambió a 11 de 16 titulares de su gabinete legal, la mayoría de esos relevos, en los seis meses de conflicto social.

Según se desprende de una relación elaborada por la misma administración estatal, en los casi 750 días desde que asumió el cargo, sólo mantiene, del primer gabinete legal que nombró y al que tomó posesión el pasado 1 de diciembre de 2004, a cinco titulares del mismo número de dependencias.

Los funcionarios que resistieron la ola de cambios en el gabinete de Ruiz Ortiz son el secretario de Administración, José Hernández Faguas; el de Finanzas, Miguel Angel Ortega Habib; la de Turismo, Beatriz Rodríguez Casasnovas; la de Cultura, Patricia Zárate de Lara, y el de Desarrollo Rural, Carlos Torres Aviles.

Los cambios de gabinete en la administración de Ruiz Ortiz comenzaron el 2 de noviembre de 2005, y se caracterizaron por la salida del gabinete de funcionarios ligados a José Murat Casab, ex gobernador del estado, y actual diputado federal del PRI.

Ese día Froylán Cruz Toledo dejó la dirección del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) , clave en el conflicto que comenzaría seis meses después, el 22 de mayo de 2006, y fue relevado por Emilio Andrés Mendoza Kaplan.

También, Juan Díaz Pimentel, ex presidente del Congreso y político ligado a Murat, dejó la Dirección de los Servicios de Salud a Martín Vásquez Villanueva, quien provenía del movimiento territorial del PRI; otro muratista que dejó el gabinete fue Celestino Gómez Soto, quien cedió la Secretaría de Obras Públicas (SOP) a Eviel Pérez Magaña, ex diputado federal del PRI.

El segundo movimiento en el gabinete del mandatario estatal tuvo como marco la elección de los candidatos a las diputaciones federales y a las dos planillas por el Senado del PRI del estado para los comicios del 2 de julio pasado, pero el tricolor perdió 10 de 11 distritos electorales y pasó a ser la segunda fuerza política del estado.

Quienes se desprendieron de la función pública fueron la procuradora General de Justicia del Estado, Patricia Villanueva Abrajan, quien fue la única que logró ganar la elección para el PRI, mientras que el coordinador del Comité para la Planeación del Desarrollo del Estado de Oaxaca, Adolfo Toledo Infanzón, ganó un escaño al Senado.

En este periodo, la Contralora Irma Piñeyro Arias, renunció al PRI, tras no ser designada candidata por ese partido a alguno de las candidaturas, y se incorporó al Partido Nueva Alianza, en el cual alcanzó un escaño en la Cámara de Diputados, por la vía plurinominal.

La renuncia de Piñeyro obligó otro cambio en el gabinete oaxaqueño, Juan José González Davar, entonces secretario de Protección Ciudadana, sustituyó a Piñeyro Arias en la Contraloría, y en su lugar fue nombrada Alma López Vásquez.

Mientras que Jacobo Sánchez López, entonces titular de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI) pasó del gabinete legal al ampliado, al sustituir a Lilia Mendoza, en la Procuraduría de Defensa del Indígena, quien encabezó la candidatura a la segunda fórmula para el Senado.

Vinieron entonces los cambios por el conflicto social, tras los sucesos del 14 de junio, cuando la policía estatal, apoyada por elementos de las bandas de música de esa corporación, intentó desalojar a los maestros que realizaron un plantón en el zócalo.

El secretario General de Gobierno, Jorge Franco Vargas, salió del gabinete, y en su sitio fue nombrado el ex presidente del Congreso de la Unión, Heliodoro Díaz Escárraga, lo mismo que Alma López Vásquez, quien con menos de cuatro meses en el puesto dejó Protección Ciudadana a Lino Celaya Luría.

Con ese relevo, ya van tres en menos de un año que se hacen en Seproci, según se desprende de la relación elaborada por el gobierno estatal, y de la esta agencia posee una copia.

Tras afirmar que las pérdidas económicas por el conflicto social eran inferiores a las que daba el sector empresarial, el cual hablaba de afectaciones por 4 mil millones de pesos, el secretario de Economía, Jorge Tamayo López Portillo, fue relevado de su puesto, el 23 de noviembre, y en su lugar es nombrado, Enrique Sada Fernández.

En esta etapa comienzan los enroques en la administración de Ulises Ruiz: Luz Divina Zárate Apack pasa de la Dirección del Registro Civil a la Coordinación de Comunicación Social, en lugar de Paulo Tapia, quien en marzo de 2006 sustituyó a Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, que pasó a ocupar la dirección estatal del PRI.

El reporte estatal deja ver que junto con el IEEPO y Seproci, Comunicación es la dependencia estatal por la que más funcionarios han desfilado, con tres cambios cada una y un total de nueve titulares en menos de un año.

Otro enroque es el de Emilio Mendoza Kaplan, quien sale del IEEPO y en su sitio llega Abel Trejo González, procedente del Colegio de Bachilleres de Oaxaca (Cobao) , y para sustituir a éste, el mandatario designa a Cándido Coheto Martínez, quien fue líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en el estado, y perdió una diputación federal el 2 de julio.

Aunque el salto de funcionarios de una cartera a otra comenzó con el paso de González Davar a la Contraloría, proveniente de Seproci, sigue hasta el pasado 11 de diciembre, fecha del último relevo, cuando por instrucciones de Ulises Ruiz, Heliodoro Díaz Escárraga pasa de la Secretaría General de Gobierno, a dirigir el PRI estatal.

Entonces, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, presidente del PRI, se cambia a la Secretaría Técnica del Ejecutivo, misma que estaba acéfala por la renuncia de Eduardo Cruz Sánchez. Con ese nombramiento, Héctor Pablo pasa por segunda vez en menos de un año a ocupar dos carteras en el gabinete de Ruiz Ortiz, ya que antes fue Coordinador de Comunicación Social.

En la relación del gobierno del estado, se menciona que Manuel García Corpus, ex diputado federal del PRI, ocupa desde el 11 de diciembre la Secretaría General de Gobierno.

A raíz del conflicto magisterial el gobierno de Oaxaca se ha visto sujeto a presiones para hacer ajustes que han cambiado casi por completo su condición inicial, cambios que no parece que se vayan a detener en tanto no concluya la situación tensa que vive la entidad.

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