El endurecimiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos no garantiza que un terrorista no pueda subir a un avión con explosivos porque puede fabricarlos con productos legales de las tiendas libres de impuestos.

"Es posible fabricar bombas con artículos normales como lacas y bebidas con alta concentración de alcohol" , sostuvo el profesor de Química de la Universidad Técnica de Berlín, Wolfgang Spyra en declaraciones hoy el diario der Tagesspiegel.

Spyra cuestionó así la eficacia plena de las medidas de seguridad impuestas en los aeropuertos, que incluye la prohibición de subir al avión con envases de líquidos de más de 100 mililitros.

El catedrático, que no mencionó marcas, afirmó que algunos de los rociadores para el cabello pueden convertirse en unos pocos minutos en un lanzallamas con más de un metro y medio de alcance.

Agregó que si un terrorista lleva consigo un pequeño detonador eléctrico, lo que pasaría sin dificultad por los controles, y compra en el duty-free productos con gran contendido de alcohol es posible fabricar una bomba utilizando como recipiente una lata de refresco.

"No tiene sentido impedir a un pasajero subir a un avión con un máximo de 100 mililitros si en las tiendas duty-free puede proveerse de bebidas alcohólicas y perfumes con un 90 por ciento de alcohol y por tanto altamente inflamables" , destacó Spyra.

Las críticas de los expertos a las medidas de seguridad, cada vez más restrictivas, se suman al suspenso dado por la propia policía a los puestos de control del aeropuerto de Fráncfort tras una prueba encubierta realizada en el primer semestre del año.

Según desveló el semanario Der Spiegel, de las 376 ocasiones que agentes camuflados intentaron burlar la seguridad portando cuchillos, armas y explosivos, los controles fallaron en el 30 por ciento de los casos.

Como consecuencia de ese estudio, diecinueve trabajadores del servicio privado de seguridad del aeropuerto de Fráncfort fueron sancionados y otros dos despedidos.

dm