El misterioso se�or Mart�nez
Todo lo que rodea a David Mart�nez Guzm�n parece estar cubierto por un velo insondable... Sin embargo, algo queda muy claro para los galeristas de arte, los corredores de bienes ra�ces y los anfitriones del restaurante Le Cirque en Nueva York: es multimillonario
Todo lo que rodea a David Mart�nez parece estar cubierto por un velo insondable, pero galeristas y corredores de bienes ra�ces no tienen duda que es multimillonario. (Foto: Especial )
NUEVA YORK.� En una ciudad en donde el arte y los bienes ra�ces son un espect�culo p�blico, hay un personaje fantasmal que tiene de cabeza a muchos neoyorquinos, que tratan de desvelar el misterio, alimentado por su largo silencio, de si en efecto David Mart�nez Guzm�n compr� o no la pintura N�mero 5 de Jackson Pollock, un pintor abstracto influido por Siqueiros y Orozco.
Pero hay otros neoyorquinos no deslumbrados por la reciente adquisici�n de un cuadro que cost� 140 millones de d�lares, y que han conocido al financiero regiomontano hace tiempo, quien por cierto mand� un comunicado para desmentir la compra. Entre ellos se encuentran las galer�as de arte de Manhattan, o los corredores de bienes ra�ces, o inclusive algunos de los legendarios restaurantes, como Le Cirque, donde contra su r�gido protocolo es atendido, cuantas veces desee, sin la rigurosa corbata.
De hecho, este mexicano multimillonario da muy pocas se�ales de serlo. Aunque vive fundamentalmente en Londres, mantiene un par de pisos en Nueva York, sin ninguna ostentaci�n de choferes o escoltas, pues suele utilizar el metro, y el personal s�lo necesario para la log�stica casera. Tampoco tiene avi�n propio y para sus vuelos transatl�nticos o a casa, donde siempre cena en Navidad con su madre en Monterrey, utiliza aerol�neas comerciales.
Mart�nez Guzm�n es hoy una historia de �xito. Hijo de Manuel Mart�nez y Mar�a Guzm�n, no naci� en s�banas de plata. Su padre trabajaba en negocios de maderas y aceites que le permit�a una vida nada fuera de lo normal, hasta que recibi� una sustantiva herencia.
La cacer�a pas� a ser parte fundamental de los hombres de la familia, aunque quien siempre se destac� fue su hermano Manuel. Su poca destreza a la cacer�a y nada de afecci�n por los deportes propici� que siempre fuera maltratado por su padre, y comparado negativamente con su hermano.
En la escuela, era diferente. Toda su educaci�n en el Instituto Irland�s de Monterrey fue un estudiante modelo, sin bajar jam�s del segundo lugar, m�nimo, de calificaci�n. T�mido y sin ning�n inter�s por formar pareja, decidi� marcharse a Roma donde ingres� al seminario de los Legionarios de Cristo. Dur� seis meses.
Esa vida no era la suya. Regres� a Monterrey e ingres� al Instituto Tecnol�gico de Estudios Superiores a estudiar ingenier�a.
Quiso entrar a trabajar a varias empresas regiomontanas, donde fue sistem�ticamente re chazado porque no consideraban que su persona lidad estuviera lo suficientemente definida para las responsabilidades de las compa��as en una sociedad conservadora. David Mart�nez Guzm�n, volvi� a empacar su maleta.
Le solicit� al padre de un amigo un pr�stamo y con �l se fue a estudiar la maestr�a en Negocios en la Universidad de Harvard, acumulando cr�ditos acad�micos y construyendo el networking que despu�s le ser�a de gran utilidad. Sin contemplar oportunidades reales para �l en Monterrey, le solicit� entonces a su abuela 300 mil d�lares para iniciar un negocio en Nueva York. Antes de cumplir medio a�o de residencia en Manhattan, comenz� a sorprender a sus familiares y allegados. Por principio de cuentas, le pag� a su abuela y al padre de su amigo los pr�stamos, con los intereses incluidos. Mart�nez Guzm�n, ya sab�an, hab�a arrancado una vida en el sector financiero en la capital financiera del mundo.
Visi�n correcta
La carrera financiera de David Mart�nez Guzm�n ha despertado mucha especulaci�n.
�El origen del dinero que maneja, as� como la operaci�n de Mart�nez, son unos de los secretos mejor guardados�, escribi� recientemente el espe cialista en negocios Lucio Di Matteo. �Bajo el nombre Fintech operan tres fondos distintos (Advisory, Media y Mobile), pero tambi�n aparece ligado Fimex International Limited. Ninguno de ellos tiene logo ni p�gina web�.
Sin embargo, dentro de los m�s altos c�rculos financieros, es un hombre que, a sus 48 a�os, tiene una reputaci�n muy bien cimentada.
Se especializ� en la compra de empresas en quiebra que pon�a a funcionar y luego vend�a. Pero tambi�n comenz� a comprar pasivos de otras empresas, como la de Cydsa, donde actualmente es due�o de la mayor�a de la deuda de esa empresa, una de las que lo despreci� cuando m�s joven, y a la que vigila de cerca para evitar equivocaciones en su plan de negocios.
Pero lo que m�s le ha dado prestigio es la forma como ha logrado conjuntar inversionistas que rescatan a pa�ses en crisis financieras. En una ocasi�n fue el art�fice de la renegociaci�n de la deuda de Brasil, y en otro, de acuerdo con personas que lo conocen, realiz� una operaci�n de rescate urgente que le demor� dos horas, y por lo cual le pagaron una comisi�n de 40 millones de d�lares.
Su nombre comenz� a salir al p�blico cuando en el verano de 2003 adquiri� dos departamentos en un piso completo de la fortaleza inmobiliaria m�s emergente de Manhattan: las Torres Warner, en la esquina suroeste del Central Park, frente a la estatua de Crist�bal Col�n, que es la sede del conglomerado America On Line, propie taria de Time Warner que, a su vez, tiene a CNN. Este doble rascacielos que tiene un exquisito centro comercial y una enorme escultura de Botero en su lobby, tambi�n es casa de millonarios que han pagado precios estramb�ticos por poseer un apartamento y sede de los restaurantes m�s sofisticados y caros de Manhattan.
Ricky Martin, la estrella latina de la m�sica m�s reconocida en el mundo anglosaj�n, pag� 7 millones de d�lares por su propio departamento. Mart�nez Guzm�n decidi� comprar uno para �l, y otro para su mayordomo, en 42.5 millones de d�lares sin incluir las reformas a los pisos o los muebles, en el piso 76 de las torres que se levantan a 229 metros de altura.
Sin hacer ruido, Mart�nez se hab�a hecho del departamento que en 2003 fue tasado como el m�s costoso en Nueva York, una ciudad en donde los precios de los bienes ra�ces pueden ser demenciales. Pero Mart�nez no par� ah�:
contrat� al afamado arquitecto Peter Marino para redise�ar sus apartamentos con ventanas panor�micas y otros lujos significativos.
�Mart�nez tom� posesi�n del apartamento en agosto de 2003, pero hay personas que han visto la unidad en espacio crudo. Una persona entera da de los planes del financiero mexicano dijo que pretend�a instalar una piscina reflejante en el centro de living room. Ten�a planes para un acuario gigante, pero fue desechado ante las dificultades para reforzar el piso.
�El se�or Mart�nez y su arquitecto no devolvieron llamadas para dar detalles del proyecto�, inform� The New York Times en aquellos d�as.
Nadie ha podido confirmar si construy� esa piscina reflejante en su piso. Pero lo que s� han se�alado quienes han visitado el departamento es que contiene una de las colecciones de cuadros m�s impresionantes que haya tenido un mexicano y que la pared que divide la zona social de la casa de las alcobas, es una hermosa pared de plata. La revelaci�n de la compra de ese piso fue la primera noticia estridente que los neoyorquinos tuvieron sobre este hombre nacido en Monterrey.
�En ese tiempo el se�or Mart�nez recib�a llamadas y conced�a entrevistas sobre sus nego cios. Pero desde hace un par de a�os se acabaron las entrevistas. Su vida y sus negocios son un misterio�, dijo un escritor especializado en negocios que entrevist� una decena de ocasiones al financiero mexicano; las conversaciones siempre fueron telef�nicas.
�Hable tantas veces con �l que cada vez que lo hac�a me imaginaba un rostro diferente�, dijo el periodista. Pero no s�lo su rostro es desconocido.
El hombre invisible
Todo lo que rodea a Mart�nez parece estar en vuelto por un velo insondable: varios vecinos de las lujosas torres dicen que nunca lo han conocido. Un par de guardias de esos que visten traje y guantes blancos en Nueva York dicen que creen haberlo visto salir a caminar, en jeans y un saco sport.
Las �lites de Nueva York tampoco reconocen a ese hombre con un estilo de vida envidiable, aun para los est�ndares neoyorquinos.
Tan s�lo existe una fotograf�a que ha circulado despu�s de que comenz� a especularse que era el personaje que hab�a pagado 140 millones de d�lares por una pintura de Pollock.
Pero esa fotograf�a ni siquiera llega a ser absoluta: Mart�nez Guzm�n est� de perfil, viste una camisa a cuadros obscura y un saco azul. Sus labios est�n ligeramente levantados, como si estuviera cantando. Su rostro es moreno, su cabello negro, ligeramente entrecano, y alcanza a apreciarse un ment�n verdoso que anuncia una barba cerrada.
No es una novedad que David Mart�nez se conduzca con una secrec�a casi obsesiva: en la primavera de 2005 visit� una afamada galer�a de Manhattan.
Era una de esas visitas a las que est� habitua do cuando se encuentra en Nueva York. Esa ocasi�n compr� un cuadro que podr�a haber rebasado los 300 mil d�lares y cuando descubri� en el mismo sitio a tres conocidos, de s�bito se march�.
�Dir�a que Mart�nez se puso nervioso. Resultaba claro que le incomod� ser visto�, dijo una de las personas que atestigu� el episodio.
Nada de gusto debe haberle dado que salieran detalles de la compra del �leo de Pollock. Tampoco debe haber gustado en Monterrey, cuando s�bitamente la familia adquiri� tal notoriedad.
De alguna manera habr� un cambio en la vida de este regio que cada a�o le cambia el auto a su madre, le paga viajes y la atiende, al igual que a sus hermanas, a quienes les env�a una mesada. De su hermano Manuel, nada. Ni un peso.
Ni una atenci�n. Quiz�s, todo esto ser� parte de una conversaci�n renovada cuando el 24 de diciembre pr�ximo, como cada a�o, David Mart�nez Guzm�n llegue a Monterrey para la cena navide�a.