Rejuvenecen el Retablo de Reyes de la catedral mexicana
En las obras de restauración del retablo, considerado el máximo exponente del barroco mexicano, han colaborado los gobiernos mexicano y español con una inversión cercana a los 560 mil euros por cada naciónDespués de tres años de restauración, hoy lucirá de nuevo y como nuevo el Retablo de los Reyes de la catedral de Ciudad de México, un proyecto en el que han colaborado al cincuenta por ciento los gobiernos mexicano y español.
El retablo está considerado el máximo exponente del barroco mexicano y estaba muy deteriorado, sobre todo por el incendio que afectó en 1967 al interior del templo.
“Minúsculas jeringas ” y “ planchas casi de juguete por su tamaño ” han sido las aliadas de los restauradores que han hecho la cirugía a la delicada parte dorada y policromada del frente, dijo a Efe el responsable técnico del proyecto, el mexicano Xabier Rocha Cortés.
El supervisor, a cargo del departamento de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las artes (CONACULTA) , aplaudió la armonía con la que ambos países se embarcaron en el proyecto.
También han participado en el proceso el Instituto Nacional de Arqueología e Historia mexicano (INAH) y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) .
La iniciativa recibió el espaldarazo definitivo con la visita de los Reyes de España a México en 2002, aunque no sería hasta dos años después cuando se firmara el acuerdo y comenzara realmente la cuenta atrás para ver el retablo en todo su esplendor.
Un comité técnico español y mexicano a partes iguales ha sido el encargado de supervisar el rejuvenecimiento de la que está considerada como la pieza estrella de la Catedral de la Ciudad de México.
Cada nación ha invertido cerca de 560 mil euros (casi 715.000 dólares) , según fuentes diplomáticas españolas, para llevar al quirófano a una obra que empezó a construirse en 1718 para el entonces Príncipe de Asturias y después Rey de España Fernando VI.
Análisis botánicos, químicos, de la estructura o del oro que adorna la obra fueron los primeros pasos de un proceso que culmina hoy con una ceremonia y el descubrimiento de una placa.
Durante las fases iniciales de limpieza y retirada de elementos dañados, los expertos tropezaron con un nido de palomas que habían elegido la pieza, con buen criterio, como su hogar, con perdigones redondos de mosquetón y con restos de dos escudos de España lijados para borrarlos.
Los escudos pudieron ser limados pocos años después de la independencia mexicana (1821) a cuenta de la orden de hacer desaparecer todos los escudos de armas que no fueran el mexicano, según Cortés Rocha.
Tras su lijado y limado, los motivos heráldicos españoles fueron cubiertos por monogramas de San José y la Virgen María.
La factura original del retablo corresponde al español Jerónimo de Balbás y empezó a elaborarse en 1718, aunque no sería hasta 19 años después cuando el maestro pusiera el punto final a esta pieza de arte colonial.
Con unas dimensiones de 24 metros de altura por 13,75 metros de ancho y un desarrollo longitudinal de 21 metros, el retablo está construido en madera de cedro blanco y de distintas clases de pino, y está adornado con óleos con figuras sacras y oro.
La obra se divide en un retablo mayor central y dos retablos más pequeños a los laterales, estos últimos ligeramente posteriores en el tiempo.
Una de las características más destacables de la pieza son los estípites o pilares de sección cuadrada y forma de pirámide invertida que le acompañan, en la que es la primera muestra de este elemento en México.
Los expertos han hecho también estudios sobre la iluminación de la pieza con objeto de que, en su nueva andadura tras el lavado de cara, luzca al máximo.
Próximamente se editará un libro que detalle la metodología del proceso, que según la diplomacia española se espera no sea únicamente un compendio fotográfico del proceso y pueda resultar de utilidad para restauradores, tanto expertos como aprendices.
Por fin, hace escasos días se retiraron los andamios para que la jornada de hoy pueda marcar un antes y un después en los casi tres siglos de esta obra de arte.
mgg





