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Proponen abrir expediente médico del Presidente

Presentan una iniciativa para prohibir que se pueda calificar como información reservada la salud física y mental del Ejecutivo, cuando sea requerida para determinar una posible afectación al desempeño del cargo
Ciudad de México | Martes 14 de marzo de 2006 Jorge Teherán | El Universal21:23

La senadora Dulce María Sauri Riancho (PRI) presentó hoy ante el pleno senatorial una iniciativa para prohibir que se pueda calificar como información reservada la salud física y mental, cuando sea requerida para determinar una posible afectación al correcto desempeño del cargo, del Presidente de la República.

La medida también incluye los expedientes médicos del gobernador del Banco de México; el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE); el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y el procurador General de la República.

A través de una reforma a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Sauri planteó que esta información sea entregada al Congreso que deberá requerirla a través de una solicitud firmada por, al menos, el 33% de los integrantes de una de las cámaras del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente.

En su exposición de motivos, la iniciativa refiere que la conducción de las tareas de Estado ha constituido tradicionalmente un reto físico e intelectual de tal magnitud, que las dudas que pueden surgir sobre las capacidades de quien las ejerce han hecho del tema de la salud de los gobernantes uno de los mas sensibles y delicados de la agenda política de cualquier nación.

El conocimiento del estado de salud de un gobernante es un tema crucial para una ciudadanía que reclama la información que considera necesaria sobre el estado físico y mental de su Jefe de Estado.

El conocimiento del expediente clínico de un gobernante, agrega, no sólo tiene el propósito de conocer sus padecimientos físicos sino, esencialmente, conocer el cuadro de medicamentos que consume y los efectos que estos pueden tener en su integridad física, su equilibrio emocional y su desempeño profesional.

En la tribuna, Sauri argumentó que durante el actual gobierno, el tema de la salud del Presidente de la República, se ha convertido en una preocupación no sólo de la opinión pública, sino de la gran mayoría de actores del sistema político.

El 15 de marzo del 2003, recordó, en el hospital central Militar el presidente Vicente Fox fue intervenido quirúrgicamente de una hernia discal, en ese momento nuestro país era miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el día en que fue intervenido el Presidente así como en los inmediatamente posteriores, se debatió el curso de acción que seguiría a Estados Unidos en el conflicto con Irak.

"Sin dar mayores elementos informativos que explicaran la urgencia de la operación del Presidente en un momento crítico para el mundo y para nuestro país, se dispuso que durante la inconciencia del Primer Mandatario, los Secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores asumieran el pleno control de los asuntos a su cargo, incluyendo en este último caso, las negociaciones en marcha en el Consejo de Seguridad", refirió. El 14 de abril, recordó, el periodista Raymundo Rivapalacio publicó en su columna Estrictamente Personal que el Presidente de la República, Vicente Fox, sufría serias de presiones, por lo que tomaba Prozac.

"Cinco meses después, el 25 de septiembre de ese año, el tema afloró de nuevo en la opinión pública, de manera por demás abrupta, cuando durante una entrevista ante la cadena televisiva norteamericana Univisión, el periodista Jorge Ramos cuestionó al Presidente de la República si los mexicanos tenían, cito: "El derecho de preguntarle a usted si toma antidepresivos. ¿Es legítimo?".

Al responder el Presidente que sí lo era, Ramos cuestionó, cito: "¿Toma usted Prozac?" A la contundente respuesta negativa del Presidente se sumó la súbita interrupción de la entrevista, evidenciando la molestia personal del Primer Mandatario con un cuestionamiento que, sin embargo, lejos de ser impertinente, reflejaba la inquietud válida y legítima que en los medios informativos nacionales e internacionales surgió por la aparente relación que guardaban las versiones de una supuesta medicación antidepresiva del Presidente Fox y lo que algunos analistas reconocían como variaciones significativas en el estado de ánimo del Primer Mandatario.

dm



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