Ana ya no duerme. Cada vez tiene más miedo. Cuando sale de su casa se encuentra con perros pit bull. Cuando llega a su hogar se repite la misma historia. El temor a ser mordida por uno de estos canes de ataque crece cada día. Su vecino José decidió tener un criadero de estos animales en la azotea del edificio donde vive, ubicado en Jesús María 185, colonia Centro, sin importarle la opinión de los demás. Ana está harta de esta situación.

"Los dueños de los perros son delincuentes que utilizan a estos animales para asaltar. Pero por miedo nadie hace nada", lamenta.

En entrevista, Miguel Tinajero, director ejecutivo de Justicia Cívica del DF, reconoció que los perros que no son atendidos adecuadamente por sus dueños ya se convirtieron en un grave problema social, al grado de que el año pasado recibieron 835 denuncias vinculadas a animales, de las cuales 70% corresponde a perros.

A los juzgados cívicos llegaron234 quejas de personas que no toman medidas de higiene con sus animales; 384 que no tienen precauciones para prevenir posibles ataques y 217 no recogen las heces de sus animales.

Durante el 2004, los juzgados recibieron 510 quejas relacionadas con animales (especialmente canes) y tres por pelea de perros. Sin embargo, dijo que no se puede hacer un comparativo porque la Ley de Justicia Cívica entró en vigor en julio del 2004.

El fenómeno de las agresiones de perros contra humanos es propio de las grandes ciudades y se atribuye principalmente a la falta de educación, cultura e irresponsabilidad entre los propietarios, explicó Yakub Harms, coordinador de Salud Pública en la delegación Iztapalapa.

La población canina en la zona metropolitana se calcula en relación de uno a seis por cada ser humano, es decir, se estima que hay un millón 400 mil perros, de los cuales por lo menos 15 mil han mordido a una persona. Tan sólo en Iztapalapa, 232 animales fueron sacrificados el año pasado por alguna agresión.

Respecto de los motivos de algunas personas para tener perros como pit bull, bóxer o doberman, Aída Valero, especialista en violencia social de la UNAM, comentó que son los jóvenes principalmente quienes buscan perros de ataque para demostrar que son superiores a los demás. "Reproducen la violencia que viven en sus familias".

Para la especialista, la crianza de animales feroces y la pelea de perros es una forma de obtener dinero, pero que también produce placer entre los jóvenes. "Las condiciones familiares son un factor que desencadena en ellos la necesidad de canalizar la adrenalina de toda la ira que a veces pueden estar sintiendo con la violencia doméstica que viven, con el problema de alcoholismo o drogadicción de algún miembro de la familia".

Por su parte, Adolfo Savín Cravioto, director territorial Tepito-Morelos de la delegación Cuauhtémoc, señaló que la mayoría de los jóvenes que tienen criaderos o participan en las peleas de perros son delincuentes. "Había hasta familias dedicadas a esta empresa".

Recordó que hace apenas unos tres años se registraban peleas de perros en el barrio de Tepito. Sin embargo, dijo, con el paso del tiempo estos grupos, sobre todo de jóvenes, se fueron a la zona conurbada.

Recomendó a las personas que en caso de detectar vecinos que tienen perros de pelea que los reporten a la autoridad, ya sea a Locatel, a un ministerio público o a los juzgados de Justicia Cívica del DF.

Yakub Arms destacó que la violencia de los animales también tiene que ver con los espacios tan pequeños en los que se desenvuelven. "Un porcentaje importante de la población vive en espacios muy reducidos y las mascotas viven enajenadas".

Los animales son territoriales, asegura, y consideran suyos algunos espacios. Cuando los propietarios no disciplinan a sus mascotas permitiendo que el animal domine, éstos adquieren hábitos que en un momento dado pueden ser peligrosos para la familia y vecinos.