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Confiesa Andrade "amores" con Chapoy

En el libro escrito por Claudia de Icaza, titulado "Amarga seducción. La verdadera historia de Sergio Andrade y sus caperucitas", el ex representante de Gloria Trevi habla de la conductora
Ciudad de México | Miércoles 07 de julio de 2004 El Universal | El Universal

En el libro escrito por Claudia de Icaza, titulado `Amarga seducción. La verdadera historia de Sergio Andrade y sus caperucitas`, el ex representante de Gloria Trevi confiesa su relación sentimental con Pati Chapoy.

Este es un fragmento en el que Andrade platica algunos momentos que pasó con la conductora de TV Azteca, que se reproduce con la autorización de la editorial Océano.

Como todavía faltan muchas situaciones por descubrir de este intrincado asunto, y sólo se avanza abriéndose a toda posibilidad por más descabellada que parezca, me concreto a relatar textual lo que Andrade me escribió en un mail y me reiteró personalmente en mi visita a Papuda sobre el romance.

"Claudia, revisando ayer unos reportajes vi una declaraciones de la Chapoy donde negaba su relación conmigo haciéndose la chistosa pues sabe que para ese viaje ella sí tiene coartada, pues no pasó nada y ya lo nuestro había terminado años atrás señaló vía mail. Y yo, a pesar de sus renovadas embestidas no daba pie a nada, ni tenía el más mínimo interés por ella.

¿Sabes? Me molesta, me indigna la hipocresía, y aunque ya callé por muchos años pues no es de caballeros publicar sus relaciones, esta tipa ha sido tan mentirosa, tan criminal y tan baja en sus ataques a nosotros que merece un poco de ubicación a sus intentos por aparecer como `mujer fiel, leal y madre de familia ejemplar`.

Todos los que me rodeaban en aquella época (1983-1984) se daban cuenta de lo apasionada que andaba por mí, cómo me buscaba, me seguía, me llamaba, me festejaba e iba conmigo a muchas partes. Nos veíamos en cualquier punto de la ciudad y se iba a mi casa que está en Burgos, Cuernavaca, y regresábamos ya tarde.

En otras ocasiones, sólo salíamos a comer a un restaurante discreto o ella iba a mi oficina, y hasta se permitía bromas tontas, como, al pasar por Tres Marías, decir: `Ay, no vaya estar el carro del Álvaro ahí. Déjame ver`, y se reía. Iba toda acelerada, sin soltarme de la mano o el cuello mientras manejaba."

Le rebatí este asunto muchas veces. Pese a no ser amiga y menos confidente de Patricia Chapoy, me costaba trabajo pensar que hubiera tenido un affair con Sergio. Como periodista, sabía de su amistad con el productor en cuestión y, de hecho, él fue quien le grabó uno de sus discos a su esposo Álvaro Dávila.

Al igual que muchos, la escuché ponderando el talento de Andrade, y fue de las pocas personas que salieron en su defensa cuando la mamá de la cantante Lucero lo atacó a raíz de aquel episodio en Mussart...

De esto, a lo que me estaba exponiendo de ella, había un mar de diferencia. ¿Dónde se veían? ¿A quién podía constarle lo que Andrade aseguraba? ¿En qué momento coincidieron?

"Ya nos conocíamos me explicó, pero coincidir en algo más personal ocurrió cuando yo me encontraba todo acelerado en la salita de la fotocopiadora de Siempre en Domingo , sacando unas copias de unas partituras. Ella llegó, cerró la puerta, se me arrimó y me dijo: `¿Qué nos das Andrade? ¿Qué nos das que nos traes loquitas?`.

Al preguntarle por qué me decía tal cosa, se dedicó a enumerarme a las personas que andaban por mí en aquella oficina, sin mencionar sus nombres.

Cuando se lo sugerí, se rio y me dijo: `Se dice el pecado, no el pecador`. Discúlpame, Claudia, yo en aquella época iba por todas, tenía 28 años y aunque traté de evitarla, sucumbí a la tentación, y no porque me hubiera enamorado, es más, a mí nunca me ha gustado involucrarme con mujeres casadas, me incomodaba mucho, pero ocurrió...

Ahora que lo pienso, no debí acabar la relación como lo hice, de un modo impropio señaló reflexivo. Un día en que al despedirme de ella en aquel estacionamiento le dije que la vería o la buscaba en al siguiente semana, quedando muy formal de hacerlo, no lo cumplí, típico en mí y lo aceptó, sin previo aviso. Así se tratara de una grabación, junta de negocios o amorosa, dejaba plantados a todos, uno de mis rasgos más negativos.



 

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