Con la administración de José López Portillo en la presidencia de la República inicio la construcción de los ejes viales en la ciudad, donde el jefe del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF) era Carlos Hank González.

En el sexenio de López Portillo, las obras de construcción de los ejes ocasionaron que el tránsito se paralizara prácticamente en puntos concurridos como el cruce de avenida Baja California en Insurgentes, Juárez y San Juan de Letrán, pero para 1979, los capitalinos vieron abrirse al tránsito 19 ejes viales, ocho que corrían de Norte a Sur y 11 de Oriente a Poniente.

Así dio inicio la era de las amplias arterias citadinas que cruzan el Distrito Federal.

Con la apertura del Eje 1 Poniente, conformado por las avenidas Guerrero, Rosales, Bucareli y Cuauhtémoc, la estatua ecuestre conocida como ?El Caballito? dejó el lugar que ocupara durante 127 años en el cruce de Reforma y Rosales para ser reubicada en la plaza frontal del Palacio de Comunicaciones, hoy Museo Nacional de Arte.

Los restos del Templo Mayor dieron origen al decreto del 11 de abril de 1980 por el que se declara Centro Histórico de la ciudad de México a un área de 668 manzanas y mil 436 edificios de valor histórico que son muestra de la arquitectura colonial y porfiriana.

Ante la creciente población capitalina se hizo necesario un mayor abastecimiento de comestibles, lo que llevó a saturar los tradicionales espacios de vendimia del mercado La Merced, haciéndolos insuficientes e inadecuados para surtir a los comerciantes.

Fue entonces que se tomó la decisión de construir la Central de Abastos, inaugurada en 1982 como una de las últimas grandes obras públicas de la presidencia de López Portillo.

Durante ese sexenio se construyó la unidad habitacional CTM-Culhuacán, una de las más grandes del Distrito Federal.