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El oficio de hacer piñatas

Baja la venta de piñatas en 50% y esperan que incrementen durante esta semana para mantener el negocio familiar, dice Raúl Salcedo fabricante de piñatas
Ciudad de México | Lunes 15 de diciembre de 2003 Claudia Ayala | El Universal14:28

El complemento indispensable en las posadas que anteceden el festejo navideño son las piñatas, coloridos objetos multiformes que representan la esencia de la celebración decembrina mexicana, que sin importar si están hechas de barro, cartón o papel maché, representan la felicidad y la abundancia.

Raúl Salcedo, de 58 años de edad, es fabricante de piñatas desde que era niño y comenta que fue su mamá quien le enseñó este oficio. "Desde los ocho años aprendí a hacer piñatas en forma de estrella y después comenzamos hacer otras formas".

Apuntó que este año las ventas han bajado en 50% y esperan que incrementen durante esta semana para mantener el negocio familiar.

"El año pasado no nos dábamos abasto para surtir a todos los clientes e incluso vendimos a comer ciantes que exportaban una gran cantidad de camiones, a empresas que organizaban sus posadas, pero ahora todo es muy diferente ya que las ventas se han caído".

Con la esperanza de poder comercializar su mercancía en la nave L de la Central de Abasto, la familia Solano continúa adornando sus piñatas y vendiendo fruta de temporada.

Don Raúl comentó que la fabricación de las piñatas es toda una artesanía mexicana, ya que se requiere de mucho trabajo manual para darles forma.

"Cuando las rompen en las posadas, se ahuyenta el pecado de las casas y se trae buena suerte y felicidad a todos los que participan en la posada", dice Marcelo.

El piñatero explicó que hacer una piñata puede parecer fácil y aunque puede ser que toda la gente haya hecho una, "hasta con cajas de cartón", es un proceso más que difícil, minucioso.

El proceso, agregó, va por partes pues se requieren de moldes de yeso o de cemento para hacer cada parte de la piñata.

Mencionó que las realizadas a base de ollas de barro han disminuido, puesto que la gente prefiere las de cartón para evitar que los niños se corten al recoger sus dulces y frutas. Aunque ahora se efectúan, dijo, es más común encontrar las de papel maché y cartón.

Apuntó que las piñatas más difíciles de hacer y las más solicitadas son las que tienen forma de estrellas, ya que su terminado es muy minucioso y elaborado. "No llegamos a tardar varios días en terminarlas y además requerimos del buen tiempo, es decir, necesitamos de que el día sea soleado porque si está nublado tarda más el secado de cada pieza y si llueve no se puede seguir con el trabajo".

Comentó que para hacer las figuras de toros, primero se tienen que elaborar cientos de patas y posteriormente el cuerpo, "se realiza la mitad de éste sobre el molde, poco a poco se coloca el papel con el engrudo y ya que está la figura seca se saca y embona con la otra mitad".

Cada una de las partes, continuó, se va uniendo y una vez que está todo armado y seco se colocan los adornos "aquí es en donde nos tar damos más, puesto que los detalles suelen ser muchos".

"La parte donde lleva el lazo es muy importante porque de ahí tiene que quedar bien firme, para eso, antes de decorarla pasamos un lazo por el cuerpo de la piñata y dejamos un pedazo para que de ahí se amarre", comentó el artesano.

Las piñatas de barro no presentan peligro

Su familia comenzó el oficio con figuras sencillas en cartón y papel maché después, con los requerimientos de los niños y con la complejidad de los personajes populares infantiles, la familia García tuvo que mejorar la técnica de su artesanía para hacer al Hombre Araña, Nemo, Hulk, entre otros.

En lo que se refiere a las piñatas de barro, el artesano comentó que los alfareros lo mezclan con yeso para que al romperse se haga polvo y no se formen pedazos que puedan cortar a los niños y otros optan por pegar la olla con un pegamento especial muy resistente para que los pedazos no caigan sueltos, sino que queden adheridos a la cubierta de cartón y no representen un peligro al momento de caer al piso.

El proceso es sencillo, a la olla de cartón se le forra con tiras o un pliego de papel metálico de color amarillo, blanco, rojo, verde o azul, a la piñata tradicional de las posadas se les pone el número de picos según el tamaño, la más grande llega a tener hasta nueve picos, aunque algunos las prefieren de cinco o de siete.

Dichos complementos, abundó, son elaborados con cartulina, van forrados con papel crepé y decorados con tiras del mismo material en colores que contrasten con el cuerpo principal de la piñata.

Las piñatas más baratas pueden costar 20 pesos y las costosas hasta 350 pesos, todo varía según el tamaño, figura y el acabado de la piñata, ya que hay algunos muy finos y otros burdos.



 

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