Leonel "Pipa" Gancedo, ex jugador argentino de Osasuna que recientemente se desvinculó del club español, después de estar apartado en pretemporada y sin ficha para jugar, se despidió hoy del entorno osasunista sin rencor y con diplomacia, salvo en lo que se refiere a los medios de comunicación.

El club le dejó utilizar la sala de prensa Tajonar para, en una larga conferencia de prensa, despedirse como jugador de Osasuna después de dos temporadas y media en la entidad tras llegar en enero del 2001 procedente de River Plate.

Gancedo, que rescindió el contrato que le quedaba de un año de duración el pasado día 27 de octubre, no tuvo ni una mala palabra para nadie del club, a pesar de haber estado apartado esta pretemporada y sin ficha para jugar, lo que motivó que llegara a amenazar con demandar a la entidad por discriminación.

El jugador argentino se mostró esquivo y evasivo con las preguntas de los periodistas, a los que acusó de falsear la realidad y enjuiciarle con motivo de sus dos episodios polémicos en su paso por Osasuna y, en este sentido, subrayó que no se considera un jugador conflictivo.

El ya ex jugador osasunista explicó que el club le argumentó "razones futbolísticas" para no contar con él esta temporada, indicó que le hubiera gustado jugar en este nuevo Osasuna con más recursos ofensivos, agradeció el apoyo de la afición y señaló que pese a sus 32 años -33 en enero cuando se abre el mercado invernal- todavía es un "niño" y piensa seguir jugando, aunque sea en Segunda División.

"Lo que ha pasado va a ser una anécdota del futbol. Decir algunas cosas ahora no sirve para nada y no hay que mirar hacia atrás. Soy jugador libre y quizás algún día volveré. Veo que los programas que más audiencia tienen son los que la gente se insulta, pero a mí no me gusta", afirmó Gancedo.

"Aguirre -entrenador- me dijo que no me encontraba sitio y después la directiva me apartó porque no encajaba en el equipo", manifestó.

"Aguirre dijo a los jugadores que no tenía problemas para que no entrenara y la directiva me dijo que los técnicos no querían que yo estuviera, pero esta es una nueva etapa que afronto con alegría, esto es futbol y no hay que agrandar tanto las cosas", comentó.

Subrayó que se va "agradecido a lo que es Osasuna por estos casi tres años". "Se arregló bien la situación con el club, he pasado por dificultades, pero ante las adversidades uno crece y se perfecciona. Vine porque era la voluntad de Dios y me voy porque es la voluntad de Dios", indicó.

En este sentido, no quiso valorar si se va por la puerta falsa: "En todos los equipos en los que he estado tengo las puertas abiertas. Me ha tocado salir de esta forma y sirve para crecer".

Además, aseguró que sus relaciones con el presidente osasunista, Patxi Izco, al que responsabilizó personalmente hace semanas de su situación, son cordiales: "He acabado muy bien con Izco y sólo me quedan palabras de agradecimiento a Osasuna y a la gente, porque siempre me ha apoyado a pesar de que en algún momento se han ensañado en vender una imagen mía que no era verdad".

Al respecto, recriminó a los periodistas el trato ofrecido hacia su persona: "No me interesa juzgar ni decir nada contra nadie, al contrario, les agradezco a todos por haber estado en esta institución. Nunca tuve una mala palabra, nunca juzgue a nadie, aunque a mí me juzgaron muchísimo. No me gusta la mentira ni la hipocresía y quizás decir la verdad suene mal a veces".