Han pasado cuatro meses desde que los vi por última vez. Por eso el lunes a primera hora, directo a Lima: quisiera hacerlo con el título en mis manos. Sería algo especial para Cindy, mi esposa, y los pequeños Alison y Brandom. Los ojos se me ponen llorosos. Es algo duro, cruel, pero el futbol es así, yo me metí en esto y es un pago que debo hacer.

Hace 30 minutos Brandom quiso bromear un poco? Tiene cinco años, pero me sorprende su viveza: llamó al telefónico con una voz media rara.

¿A qué no sabes quién habla? ?me dijo. Le seguí la corriente. Aunque sea a la distancia, es bueno jugar con los hijos y que ellos se divierten, que sueñen.

¿Quién es, me asustas? ?le repetí una y otra vez. Se hizo del rogar, hasta que por fin de contesto: "Soy tu bebé". Hubiera querido estar con él y abrazarlo, hacer lo mismo con su hermana y con Cindy. Lo haré en unos días, ojalá que sea con la corona como regalo, ojalá que valga la pena todo este sacrificio.

Ya hasta planeamos las vacaciones: los llevaré a Disneylandia.

No pueden estar aquí por la escuela. En Perú, hay clases de marzo a diciembre. Sus fotos las cargo siempre en la cartera, pero las veo poco? Me viene la tristeza y la nostalgia.

Lo bueno es que mis padres sí me acompañan. Son amantes del futbol. Mi Jesús y mi Marcela están aquí. Papá es más explosivo, no para de decirme que en la final tengo que dar mi mejor partido, que debo tirar al arco muchas veces, porque él piensa es una de mis principales cualidades como futbolista. Son cosas que me las ha repetido desde chiquillo, casi desde los 13 años, cuando me aceptaron en las fuerzas básicas del Sporting Cristal. El domingo es día del padre y también desearía brindarle el campeonato.

No será fácil, porque Monterrey ataca muy bien. Muchos dicen que jugará al contragolpe, pero creo que en su casa saldrá a mordernos. Son locales: sacan provecho o la tendrán imposible en el Morelos. En la ida, nosotros nos damos por bien servidos con el empate.

Mi objetivo es cerrar con broque de oro mi estancia en Morelia, aunque? ¿quién sabe? La directiva está contenta y tal vez pueda negociar un contrato conveniente. Si firmo un par de temporadas, traeré a la familia y ya no viviré con tanta melancolía.

Roberto Palacios