El dirigente del sector popular del PRI, Manlio Fabio Beltrones, defendió al expresidente Ernesto Zedillo y dijo no incomodarle haber sido quien precisamente lo destapó como candidato de su partido tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

"Nadie debe ser motivo de expulsión de un partido por expresar libremente sus ideas, por más que no coincidan con la generalidad de los miembros", dijo el exgobernador de Sonora, quien también fue el primero en haber interrogado a Mario Aburto antes que las autoridades federales y locales lo hubieran hecho tras el homicidio. Así, Beltrones sólo admitió que el expresidente sólo se "desvió" de los objetivos de justicia social que debió haber impulsado y ello "tuvo sus consecuencias" para el partido y por tanto, corresponde a la Comisión de Justicia Partidaria del CEN del PRI determinar si procede o no su expulsión. El líder fue entrevistado ayer al empezar los trabajos de la Asamblea Nacional Extraordinaria de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. De esta forma, declinó sumarse a las denostaciones que le endilgó a Zedillo el gobernador de Chihuahua, Patricio Martínez y dijo que esos "son temas que debemos dejar en el pasado" y poner "todo el ímpetu" del PRI en la construcción de un futuro mejor para sus militantes. Reunidos en el auditorio Plutarco Elías Calles del CEN del PRI, admitió también que en los pasados gobiernos tuvieron también su parte de responsabilidad en la debacle del tricolor. "Es cierto: al esfuerzo realizado por los mexicanos durante el proceso de reestructuración del modelo económico hacia la participación en el mercado libre no correspondió una política de Estado que equilibrara los naturales desajustes producidos por una política económica que sólo procura estabilidad macroeconómica y liberalismo frente al mercado." Admitió que desde entonces el gobierno olvidó su compromiso con la justicia social y ello se ha repetido en el gobierno "del cambio" del presidente Fox, que parece estar inmerso en una apuesta que puede traernos un daño inconmensurable: dejar que sólo y únicamente el mercado regule las actividades que corresponden al Estado.