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Reclaman a la SDN familiares de militar desaparecido en 93

Jorge Alejandro Medellín| El Universal
Martes 09 de mayo de 2000
Exigen a la dependencia sea presentado con vida. Para ésta, el teniente desertó del Ejército

Los familiares del teniente de Infantería Miguel Orlando Muñoz Guzmán se presentaron en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (SDN) para demandar una vez más la presentación con vida del militar, desaparecido el 8 de mayo de 1993, y quien, oficialmente, ?desertó? del Ejército el día 16 de ese mes.

María Guadalupe Guzmán Romo, madre del teniente que pertenecía al 26 batallón de Infantería, con sede en la quinta zona militar en Ciudad Juárez, Chihuahua, entregó a un oficial de la SDN una carta con la exigencia de que su hijo, quien estaba adscrito a una unidad de lucha contra las drogas, sea presentado con vida.

Desde la fecha señalada, las autoridades de la Defensa Nacional le han dado largas una y otra vez al asunto, argumentando en todo momento que Miguel Orlando Guzmán en realidad ?desertó? de las filas castrenses, expresaron los familiares.

Poco después de las 12:00 horas de ayer, la señora Romo llegó a la puerta principal de la SDN, acompañada por su hija Guadalupe Muñoz Guzmán, de Francisco José Gallardo (hijo del general Francisco Gallardo) y de Rosario Ibarra de Piedra.

Ahí, ante un reducido grupo de reporteros, una decena de curiosos y la mirada lejana de los militares que entraban y salían, la señora Guadalupe Guzmán Romo fue clara al exigir le fuera presentado con vida su hijo Miguel Orlando, que al momento de su desaparición tenía 25 años de edad.

Fue Guadalupe, hermana de éste, quien explicó a detalle la demanda de la familia que por séptimo año consecutivo acude a las instalaciones de la SDN, ahora con el general Enrique Cervantes Aguirre al frente, para exigir la presentación del teniente.



¿Narcoinformación?



De acuerdo con lo narrado por sus familiares, el teniente Muñoz Guzmán se distinguió por su desempeño profesional que lo llevó, a los 25 años de edad, a realizar cursos especiales sobre operaciones antidrogas en la ciudad de México.

Aprobó con éxito los cursos. Lo que seguía en su carrera era la Escuela Superior de Guerra.

El 8 de mayo de 1993, el teniente se comunicó desde el cuartel de la quinta zona militar, en Ciudad Juárez, para avisarle a su madre que no podría estar con ella y con sus familiares para el día 10, día de celebración.

Esa fue la última llamada que la señora María Guadalupe Guzmán recibió de su hijo.

El 16 de mayo, la comandancia de zona hizo oficial la baja del teniente Miguel Orlando Guzmán quien, para la SDN, se convirtió en un ?desertor?.

Su padre viajó de inmediato a Ciudad Juárez para saber qué estaba sucediendo. Por órdenes superiores, sólo se le entregaron algunas de las pertenencias de su hijo, jamás tuvo acceso a sus documentos privados y a un portafolios en el que guardaba informes y datos aparentemente confidenciales.

A partir de entonces, la familia del teniente Muñoz ha acudido una y otra vez a las autoridades militares para obtener una respuesta sobre el paradero de su hijo.

No han logrado nada. Al principio fueron atendidos por el general Mario Guillermo Fromow, quien entonces se desempeñaba como procurador general de Justicia Militar.

Éste les reiteró que Miguel Orlando era un desertor.

En la siguiente administración, el general Rafael Macedo de la Concha, en el mismo cargo, los recibió en 1998 para informarles ?por primera vez?, que el caso del teniente había sido archivado ?por segunda ocasión... en 1995?.

La última entrevista de la familia Muñoz fue con el secretario particular del general Enrique Cervantes, el también general Tomás Ángeles Dahuahare.

Su respuesta, señala Guadalupe Muñiz, era previsible: el teniente es un desertor, el caso está archivado, veremos qué se puede hacer.

La hermana y la madre del militar desaparecido están convencidas de que Miguel Orlando ?sabía cosas o estaba enterado de cosas que no debía saber, por eso lo desaparecieron justo cuando le había llegado un radiograma informándole sobre su pase a la Escuela Superior de Guerra?.

Desde entonces, ?cada vez que se publica algo al respecto comienzan los hostigamientos, llamadas telefónicas, ruidos de cadenas, de puertas que se cierran?.

El caso está siendo ventilado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ?porque aquí la CNDH no hace nada, no se atreve a enviarle una sola recomendación a la Secretaría de la Defensa?.



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