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Fue un diálogo histórico. En el pasado, para conversar con el Presidente de la República en turno, los rectores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) contaban con derecho de picaporte en Los Pinos. Pero en privado.

Durante tres horas y media, en el Alcázar de Chapultepec, estuvieron ayer codo con codo el rector José Narro Robles y el mandatario en una mesa con cinco expertos de la máxima casa de estudios y siete funcionarios federales.

Narro Robles, quien fue subsecretario de Gobernación y de Salud en gobiernos del PRI, llevó a la mesa el documento Elementos para la construcción de una política de Estado para la seguridad y la justicia en democracia y propuso un pacto social y político en septiembre. Ya, pues.

Calderón Hinojosa, por momentos serio, escribiendo o tarjeteando a sus secretarios o colaboradores, dijo que hay coincidencias, pero sonrisa de por medio hizo notar que al leer el documento para buscar “carnita” en torno al “giro inmediato” a la estrategia de seguridad sólo halló generalidades.

El toma y daca no paró ahí. Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, manifestó al rector de la UNAM, José Narro, su “desacuerdo” en el señalamiento de que en el tema de la prevención de las drogas hay desatención. José Francisco Blake, secretario de Gobernación, le había enviado una tarjeta previamente.

“Con su venia, Presidente (...) Quisiera hacer un conjunto de reflexiones sobre el papel que en este tema juega el sistema educativo. Debo ser franco y manifestar mi desacuerdo con uno de los puntos de su diagnóstico, don José, en relación, lo cito entre comillas ‘a la desatención a la prevención’. Si algo ha hecho este gobierno de manera definitiva y contundente es precisamente entrar a la escuela a hablar con toda franqueza, con toda claridad y con toda profundidad de las drogas a las niñas y a los niños de México”, dijo el ex académico del ITAM.

En sexenios anteriores, el sistema educativo público “metió la cabeza en un hoyo” y eludió el tema, fustigó Lujambio.

La respuesta vino de Sergio García Ramírez, cuyas cartas credenciales son ser doctor en derecho; ex secretario del Trabajo, con José López Portillo; secretario general del PRI; ex procurador General de la República, con Miguel de la Madrid, y actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“Hay estadísticas que no quiero traer a colación y no se pueden negar y tienen qué ver con el número de muertos y los indicadores de impunidad. No las menciono, no tiene caso, pero creo que en esto también hay coincidencias porque no se han refutado. Ahí están los datos que conoce la república y todos hemos lamentado. Usted a la cabeza de la República y son datos de nuestra realidad, irrefutables”, dijo García Ramírez.

Luis de la Barreda, del Instituto Ciudadano de estudios Sobre la Inseguridad, recordó la promesa incumplida de que los policías “asalariados” iban a ganar mejor, no los emolumentos que paga el crimen, pero sí algo honroso.

Tomarían el micrófono el vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré; los secretarios de Seguridad Pública, Genaro García Luna; de Desarrollo Social, Heriberto Félix; el de Salud, José Ángel Córdova, y la procuradora General de la República, Marisela Morales. Todos para enlistar las millonarias inversiones en cada sector, lo exitoso de sus programas sociales y hasta una baja en el número de adictos a la cocaína.

El de ayer, es al menos el diálogo número15 desde agosto de 2010, lo mismo en el Campo Marte, en algunas entidades, que en el mismo Castillo de Chapultepec, con testigos sociales, entre liderazgos ciudadanos y periodistas. Debate histórico, público, disponible en directo vía internet.