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Entre 1999 y 2011 las autoridades han localizado más de 150 túneles construidos por cárteles del narcotráfico, mientras que su nivel de sofisticación ha ido en aumento, de manera que algunos han sido valuados hasta en un millón de dólares, según información del Comando Norte, del Departamento de Seguridad Interna, y de la Agencia Antidrogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés).

Información del Comando Norte indica que los cárteles del narcotráfico mexicanos han comprado o rentado propiedades en EU cercanas a la frontera con el propósito de establecer dentro de esos inmuebles la salida de túneles profesionalmente construidos y de esta forma continuar con el tráfico de drogas ilícitas, lo que representa una amenaza a la seguridad estadounidense.

Los ingenieros de la Armada de EU prueban nuevas tecnologías de fibra óptica, que incluye sensores avanzados acústicos y sísmicos, entre los puertos de entrada de San Isidro y la Mesa de Otay en San Diego, California, y además el Departamento de Defensa probará con el Departamento de Seguridad Nacional avanzados prototipos de radares para detectar túneles.

Actualmente el Comando Norte junto con el cuerpo de ingenieros del Ejército de EU está trabajando en desarrollar una tecnología para la detección de túneles en la frontera.

De acuerdo con información del Comando Norte, en lo que va de este año han sido localizados en la frontera común 30 túneles, tanto terminados como en construcción.

Entre 1999 y 2010 fueron hallados 124, un promedio de 11 túneles por año.

Debido a que los sistemas actuales de detección de túneles clandestinos sólo operan sobre suelos específicos, la empresa estadounidense S&T trabaja de manera conjunta con la compañía Lockheed Martin, específicamente con sus laboratorios de tecnología avanzada, en un proyecto que permitirá ubicar y destruir los túneles tan rápido como los propios criminales los construyan.

La DEA ha detectado que la mayoría de los túneles encontrados sobre la frontera EU-México son financiados por el cártel de Sinaloa, y son construidos por ingenieros y arquitectos profesionales.

Los túneles encontrados entre el 2009 y 2011 tanto del lado de Estados Unidos como del de México han sido construidos con paredes reforzadas de concreto, tienen piso de cemento, aire acondicionado, líneas telefónicas, luz eléctrica y equipos de videovigilancia, y cada vez son más sofisticados, se menciona.

El Centro Nacional de Inteligencia de la Droga agrega que los túneles de los cárteles mexicanos “abarcan desde PVC, tubos, equipados con electricidad, ventilación y rieles”.

Algunos pasajes subterráneos construidos por los cárteles de Sinaloa, Juárez y del Golfo sobre la frontera han sido valuados en un millón de dólares, señala información del Comando Norte, institución que proporciona a las agencias civiles de EU la tecnología para identificar túneles.

“La longitud, el número y la sofisticación de los túneles, así como el tiempo y el trabajo que implican su construcción, sugieren que los traficantes los consideran como una inversión útil a pesar del riesgo de ser descubiertos o ser confiscados”, menciona información de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas de la Casa Blanca.

También desde EU

Regularmente los túneles se construyen desde México hacia Estados Unidos, pero la semana pasada policías respondieron a la denuncia de un vecino de Douglas, Arizona, y entraron a una vivienda de esta ciudad, donde encontraron un hueco grande en el piso de uno de los dormitorios y montículos de tierra en los otros.

El hueco era la entrada a un túnel que los narcotraficantes estaban cavando desde los Estados Unidos hacia México.

“Dado que las organizaciones de narcotráfico tienen problemas al trasladar el contrabando, ya sea entre las garitas y a través de ellas, debido al uso de más tecnología y mayor vigilancia en los puertos de entrada, recurrirán entonces a más de estas medidas encubiertas”, afirmó Vincent Picard, portavoz de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Phoenix, Arizona.

En junio pasado, la senadora demócrata Dianne Feinstein anunció que introduciría un proyecto que busca reforzar una ley contra los túneles promulgada en 2006, para que la construcción o financiamiento de los pasadizos se vuelva delito de conspiración.