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No había salidas, sólo puertas falsas y muros

Alberto Morales Enviado| El Universal
Sábado 27 de agosto de 2011
No haba salidas, slo puertas falsas y muros

DOLOR. Ricardo Arizpe narró que sus suegros solían reunirse en el Casino Royale a convivir con amigos para comer. Sólo sobrevivió ella.. (Foto: JORGE SERRATOS EL UNIVERSAL )


alberto.morales@eluniversal.com.mx

MONTERREY, NL.— Para los neoleoneses, los jueves y los viernes son los días de mayor afluencia en los casinos.

Muchas personas acostumbran estos centros de entretenimiento no sólo para ir a jugar Bingo, sino también para comer y pasar un rato agradable. Ese fue el caso del matrimonio Tamez Salazar.

“Mi suegro, Rómulo Tamez, y su esposa, Doris, fueron a comer al parecer con unos amigos. Mi suegra comentó, cuando la pudimos encontrar, que ella fue al baño en el segundo piso cuando escuchó un estruendo, y al salir vio una nube de humo”, narra Ricardo Arizpe.

El joven empresario, de 30 años, cuida a la señora Doris, quien es una de las sobrevivientes del atentado terrorista al Casino Royale de San Jerónimo, en Monterrey, perpetrado por un grupo de personas armadas que, con bidones de combustible, prendieron fuego al establecimiento.

“Nos contó que al salir del baño la gente del casino ya no la dejó regresar a la planta baja donde se encontraba su esposo. La estampida de gente la llevó al segundo piso donde hay una terraza que da al estacionamiento de un banco contiguo”.

La señora Doris, de 62 años de edad, les comentó que al intentar escapar del fuego cayó al suelo, fue pisoteada por la gente y que ella como otras personas intentaron abrir las salidas de emergencia que eran falsas, pues al abrirlas lo que había era un muro de concreto.

“Mi suegra logró salir por la puerta de atrás del último piso, por el estacionamiento del segundo piso, pero su esposo se quedó”.

Una de las hijas del matrimonio Tamez Salazar, quien prefirió no dar su nombre, dijo que su padre era médico y conociendo su vocación “seguro se quedó al final a ayudar, siempre estaba viendo por los demás”.

Ricardo Arizpe también recuerda a su familiar como una persona que todo el tiempo se preocupaba por la gente, incluso les hacía recomendaciones de sentarse cerca de las salidas de emergencia “por cualquier cosa que pudiera pasar”.

“Sentí mucho coraje e impotencia cuando nos dijeron que las salidas de emergencia eran falsas, ¡Qué te puedes esperar con eso! Ayer, cuando nos enseñaron las identificaciones de mi suegro, eso se convirtió en el muro de las lamentaciones”.

 



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