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La Secretaría de Educación Pública, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Autónoma Metropolitana y el Colegio de México, entre otras instituciones, hicieron un llamado a más de 560 mil jóvenes estudiantes de bachillerato, licenciatura y de posgrado, así como a los maestros y trabajadores a “darle visibilidad” a la violencia que se genera en la familia, en la escuela, en el noviazgo y entre los amigos, a fin de combatirla “no con la omisión sino con la acción”.

En el caso de la violencia generada por la delincuencia y el crimen organizado, la SEP reiteró el llamado a las universidades a actualizar de manera permanente con sus manuales o protocolos para enfrentar situaciones como la explosión de un artefacto en el Tec de Monterrey, hace unas semanas.

Al presentar los avances del Observatorio Zona Libre de Violencia en Instituciones de Educación Superior, convocado por el IPN, el subsecretario de Educación superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, aseguró que la violencia en el país es una realidad y debe ser reconocida.

Indicó que las instituciones de educación superior están obligadas a proponer las estrategias para erradicarla o de lo contrario se limitarían sus actividades de docencia e investigación.

Dijo que las encuestas de opinión en México colocan a 40% de la población dentro de quienes definen que la violencia es el principal problema del país.

“Reconocemos la prioridad que le debemos de asignar a un problema tan relevante como lo es la violencia en sus muy diferentes expresiones”, detalló.

En la segunda reunión del Observatorio se firmaron los Lineamientos Generales y Criterios Específicos para la Operación y Funcionamiento entre representantes del Instituto Mexicano de la Juventud, el Instituto Nacional de las Mujeres e instituciones como la Universidad Pedagógica Nacional, El Colegio de México y Universidad Autónoma del Estado de México, ubicadas en la ciudad de México.

La directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante Díez, aseguró que hay expresiones de violencia que se convirtieron en “cotidianas, en las que no se vislumbra que adquirieron una magnitud importante”. Afirmó que entre los jóvenes se deben orientar medidas de prevención y orientación, pero también para “corregir” hechos que conduzcan al bullying, la violencia de género o por preferencia sexual.

De acuerdo con el primer reporte de seguimiento del Observatorio, en el IPN se recibieron 106 denuncias entre marzo de 2010 y agosto de 2011. De ellas 85 se atendieron y 21 están en proceso, por casos de hostigamiento de autoridades a los alumnos, de autoridades a trabajadores, entre compañeros de trabajo y acoso entre alumnos.