EU cancela operativos de armas encubiertos
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WASHINGTON.— El Departamento de Justicia
de Estados Unidos ordenó la suspensión inmediata de todas las
operaciones encubiertas en las que se considere el recurso del tráfico
ilegal de armas hacia México como parte de una investigación criminal.
La
decisión, conocida a través de un memorándum interno del Departamento
de Justicia al que ha tenido acceso la cadena CBS, ha sido comunicada a
todos los fiscales estatales a lo largo de la frontera sur, para salir
al paso de las denuncias formuladas por agentes de la Oficina para el
Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en
inglés).
Mediante estas denuncias, agentes como John Dodson
dejaron al descubierto operativos como Rápido y furioso, una misión que
habría permitido el tráfico ilegal de cientos de armas hacia México
durante más de 15 meses y que hoy se encuentra en el centro de una
intensa disputa bilateral.
Según el memorándum dado a conocer de
forma parcial por la cadena CBS, el Departamento de Justicia ha decidido
terminar con operativos como Rápido y furioso, que ya habían
sido puestos en tela de juicio por agentes federales de la ATF por el
daño potencial que podían ocasionar a ciudadanos inocentes de ambas
naciones.
“No deberíamos diseñar o ejecutar operativos encubiertos
que incluyan el tráfico de armas por la frontera. Si tenemos
conocimiento de que cargamentos de armas están por pasar la frontera,
debemos actuar de inmediato para evitar que crucen, incluso cuando eso
termine prematuramente o ponga en riesgo una investigación”, advierte el
documento, que se ha convertido en la evidencia no deseada para
quienes, desde el Departamento de Justicia, insisten en que el caso de Rápido y furioso aún está en investigación.
Operaciones al descubierto
Apenas la semana pasada, el fiscal general Eric Holder
consideró que las operaciones encubiertas que han permitido o soslayado
el tráfico de armas hacia México son inaceptables y reiteró su llamado
al inspector de la ATF para llegar al fondo del asunto.
En este
contexto, el memorándum dado a conocer parece una confesión oficial de
parte que, además, ha dado mayor peso y relevancia a las denuncias de
agentes como John Dodson, quien se ha convertido en el principal
testigo de cargo contra operaciones de este tipo en las investigaciones
realizadas por medios como la CBS, Los Angeles Times y el Center for Public Integrity.
Dodson había advertido, en entrevista con Univisión,
que “las mismas operaciones que están denunciando continúan funcionando
dentro del territorio mexicano, y México no tienen ni la menor idea de
lo que está ocurriendo”.
Según la denuncia de Dodson, un
grupo de agentes de la ATF en Phoenix, Arizona, se opusieron a la
decisión no sólo de permitir, sino de organizar la entrada ilegal de
armas a México.
“Era algo sin precedentes y extremadamente
peligroso… Con el número de armas que hemos dejado pasar a México, nunca
sabremos cuántas personas serán asesinadas, asaltadas y violadas… Esas
armas servirán para aumentar los índices de criminalidad hacia ambos
lados de la frontera”, denunció Dodson a varios medios.
Asesinatos ponen en alerta
La
inconformidad por las prácticas que permitían el trasiego ilegal de
armas hacia México se hizo aún más patente entre agentes de la ATF tras
conocerse el asesinato del agente fronterizo Brian Terry, en diciembre pasado.
Según la investigación que sigue en curso, Terry habría
sido abatido con un arma que formó parte de un cargamento de AK-47 que
cruzó a México con el conocimiento de agentes de la ATF.
A pesar de que en el reportaje sólo se hacía alusión al operativo Rápido y furioso —que se venía realizando desde el 2009—, días más tarde la cadena CBS reveló que este tipo de operaciones encubiertas se venían practicando por lo menos desde 2008.