El presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, el perredista Carlos Navarrete, rechazó cualquier polémica o conflicto alrededor de la inauguración de la nueva sede de la Cámara Alta con el coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Lo anterior, por su supuesta intención de cortar el listón inaugural como presidente del Senado, para llevarse las palmas y cerrar esa posibilidad al priísta.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Navarrete negó un diferendo con Beltrones: “Desmiento cualquier conflicto al respecto, no es un asunto de política, sino de albañiles”, sentenció.

El perredista confirmó que será para los festejos del 20 de noviembre cuando se pueda dar la inauguración del nuevo recinto parlamentario.

“A mí me da mucha risa y nada más observo los comentarios de quienes han pretendido armar un diferendo entre el senador Beltrones y yo, por el tema de la inauguración. Que si yo quería inaugurarlo, que si era una maniobra, que si Manlio... como si les dijéramos a los albañiles: ahora te apuras más o te paras más; absolutamente falso”, afirmó el senador del PRD.

Sin embargo, reconoció implícitamente que hubo un momento en que hubo posibilidades de que le tocara la inauguración, pues el contrato decía que la constructora les entregaba la nueva sede el 10 de agosto, pero por el atraso las cosas cambiaron.

“Así está en el contrato, entonces dije el 11 [de agosto] empezamos a cambiarnos, el 30 yo sesiono en la nueva sede y elegimos nueva Mesa Directiva, perfecto. Pero hace como cuatro meses nos dijeron ‘no vamos a alcanzar’. Desde entonces yo sabía que no íbamos a alcanzar, por lo tanto ¿qué diferendo?”. Navarrete reveló que será para los festejos del Centenario de la Revolución cuando estrenen su nueva casa.

“Estamos calculando que sí [sea en noviembre]. Una aproximación es que el 20 de noviembre terminando la sesión solemne del Congreso de la Unión, podamos tener otra sesión solemne del Senado de la República para inaugurar el edificio.

“Espero que no nos fallen los arquitectos, los ingenieros y los albañiles. Las obras no tienen palabra de honor, todos los que hemos hecho una remodelación en una casa sabemos que nunca te cuesta lo que calculaste, ni en el tiempo que te dijeron; con más razón una obra de tal proporción”, dijo.

Navarrete atajó rumores de un sector político en el Senado, sobre que el perredista pretendía hacer los honores de inaugurar la nueva sede, como presidente de la Cámara Alta. Para concretar ese escenario era necesario que la obra concluyera antes de agosto. Del otro lado, en el PRI han mantenido una posición: no apresurar las cosas, y que la obra se inaugure cuando esté lista.

Hermetismo sobre los gastos

La Cámara Alta ha enfrentado una gran presión para conseguir recursos presupuestales y terminar el nuevo edificio en donde se ubicarán sus nuevas instalaciones. En meses pasados, no descartaron incluso recurrir a un préstamo para concluir su objetivo.

Un ambiente de hermetismo rodea el estreno de lo que se considera un edificio emblemático para los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

La falta de información ha obligado a al coordinador del Partido del Trabajo en el Senado, Ricardo Monreal, a anunciar que pedirá oficialmente un informe del avance de la construcción. Solicitará también detalles del financiamiento y los recursos para terminarla.

Según cifras que se han dado a conocer durante los últimos meses, el Senado invertiría alrededor de 2 mil millones de pesos para la nueva sede. Para este año se necesitaban 850 millones de pesos, pero a decir de los legisladores, esa cantidad no será suficiente.

Los problemas financieros arreciaron cuando en 2009 la Cámara de Diputados le endilgó a los senadores un recorte presupuestal de 750 millones de pesos. Lo mismo pasó este año, cuando los diputados recortaron 250 millones de pesos.

Además de aplicar medidas de austeridad, los senadores no descartaron en su momento pedir un crédito para terminar la obra. Otra opción ya tomada es vender los inmuebles de su propiedad, que ya no se usarían, por concentrar todo en su nueva casa.

El Senado cuenta con cinco inmuebles propios, entre los que destaca la vieja casona de Xicoténcatl número 9, donde actualmente sesionan, y el cual no se venderá. Sin embargo, hasta el cierre de la edición, los legisladores no habían podido vender ni uno solo de los inmuebles debido a que todavía se realizan actividades legislativas en ellos.

La actual sede podrá usarse como museo de la Cámara Alta, sede alterna o recinto para efectuar ceremonias solemnes, como la entrega anual de la Medalla Belisario Domínguez.

La disponibilidad de recursos al 31 de junio pasado era de 894 millones 810 mil 960 pesos, según el Diario Oficial de la Federación del jueves 15 de julio.

Entre los planes de los legisladores también destaca colocar un mural para adornar la fachada de la nueva sede. Las cotizaciones de proyectos van desde los 300 mil a los 40 millones de pesos, como informó EL UNIVERSAL desde septiembre de 2009, aunque no hay nada decidido en ese rubro.