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La huelga nacional a la que convocó el pasado miércoles el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) es como una llamada a misa, dijo ayer el líder de la bancada panista en el Senado Gustavo Madero.

Aseguró que en el caso de la convocatoria a la huelga nacional, la organización sindical de electricistas “está en su derecho, como los padres llaman a misa”.

Dijo que “los recursos que tienen los trabajadores están consagrados en la ley, y ellos pueden recurrir a todos estos instrumentos”, pero la decisión de desaparecer Luz y Fuerza del Centro, dijo, ha sido uno de los mayores aciertos del gobierno del presidente Felipe Calderón, enfocado a la modernización del país.

Duda que se propague

El presidente de la comisión de Energía, Francisco Labastida Ochoa (PRI), puso en duda que la ciudadanía comparta las mismas emociones del SME, por tanto, aseguró, el llamado a huelga tiene “poca factibilidad que se propague en todo el país”.

Dijo que no ve condiciones para que intervenga una comisión de senadores en el conflicto. Hizo un exhorto al sindicato de la UNAM a no afectar la educación, con el apoyo a los electricistas.

El dirigente del SME, Martín Esparza, se reunió con el presidente del Senado, Carlos Navarrete (PRD), quien se comprometió a impulsar un punto de acuerdo, con el fin de exhortar al Ejecutivo a resolver el conflicto de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), a través de la reinstalación de los trabajadores.

En conferencia de prensa, al salir del encuentro en la vieja casona de Xicoténcatl, Esparza dijo que el acuerdo busca no polarizar más ni hacer más grande el conflicto. Insistió en que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, “ya renunció” y no es más un interlocutor válido.

Martín Esparza denunció la existencia de “infiltrados” en el movimiento sindical lo que ha generado actos de violencia.