La transa se vuelve prestación
andrea.merlos@eluniversal.com.mx
Los diputados federales cambiaron
sus pasajes de avión abiertos y sin restricciones que fueron costeados
por el erario, por boletos con las tarifas más bajas del mercado a fin
de obtener cada mes la diferencia de precio a su favor y aumentar su
bolsa de percepciones.
Son más de 600 millones de pesos los que
la Cámara de Diputados pagó por boletos de avión durante los tres años
de la 60 Legislatura, ya sea para el traslado de los legisladores a sus
estados, por representaciones nacionales o internacionales, o para
asistir a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
En
promedio, según una investigación de este diario en las áreas
administrativas de San Lázaro, un diputado obtiene entre 10 mil y hasta
50 mil pesos mensuales por la diferencia de precio entre su boleto de
avión clase Yanqui —que significa que es flexible, sin restricciones y
de ahí su alto costo— y uno de clase turista que le cuesta 70% menos.
A
lo largo de varias legislaturas, la Cámara ha entregado a todos los
diputados federales que viven a más de 300 kilómetros de la ciudad de
México cupones válidos por cuatro boletos de avión viaje redondo clase
“Y”.
Ellos los intercambian en alguna de las agencias de viajes
instaladas en el Palacio Legislativo por los pasajes más baratos del
mercado y con restricciones, y es así que la diferencia monetaria entre
una clase y otra se convierte en una prestación más de las muchas con
las que cuentan los diputados.
La agencia de viajes cobra a la
Cámara baja el boleto de avión “Y”, y le compra al diputado el más
económico, a esa diferencia se le resta 8 o 10% por la operación
—ganancia de la agencia— y el resto es en beneficio de los
representantes populares.
Son alrededor de 350 legisladores los
que obtuvieron cupones de pasajes de avión, incluyendo los
veracruzanos, michoacanos y guanajuatenses que exigieron desde el
inicio de la 60 Legislatura este privilegio, aunque estaban un poco
abajo de la distancia requerida, aun cuando es conocido que se
trasladan en sus automóviles.
Incluso, los boletos de avión más
solicitados son para Veracruz y Jalisco, pues independientemente de su
número de diputados, otros viven también en esas tierras.
Este
negocio se logra al margen de la normatividad interna y es avalado por
el silencio de las autoridades administrativas y de los mismos
diputados que aceptan los cheques rotulados por las agencias en su
calidad de negocios privados, los cuales son abonados a sus ingresos.
En
San Lázaro hay cinco agencias de viajes más dos oficinas, una de
Mexicana y otra de Aeroméxico, las cuales cambian el cupón de la Cámara
por los boletos de avión que soliciten y prefieran los legisladores. Lo
anterior evidencia que de ninguna manera están obligados a utilizar los
cupones como deberían y trasladarse sólo a su estado.
Según
solicitudes de transparencia pedidas por EL UNIVERSAL a la oficina de
Enlace de la Cámara baja, del presupuesto legislativo se erogaron 518
millones de pesos para la cobertura de los más de 47 mil boletos de
avión conocidos como “dotación ordinaria”.
Piden boletos y se van en auto
Por
ejemplo, diputados que viven en Acapulco o Chilpancingo tienen acceso a
cuatro boletos de avión mensuales, pero en realidad se trasladan en sus
autos particulares o los asignados por la Cámara, y suman al mes el
costo de esos pasajes, aunque no los hayan utilizado.
Algunos
legisladores tienen asignados automóviles de la bancada, y por ello
cuentan con cobertura de seguros, mecánico, gasolina y hasta de cambio
de llantas.
Los diputados del PAN tenían la costumbre de viajar
por las aerolíneas de Interjet o Volaris, y usaron las camionetas de su
bancada —que son bienes públicos también— para que los llevaran y
trajeran al aeropuerto de Toluca, y con ello obtener los ahorros.
En
el caso de quienes integran la Comisión Permanente del Congreso de la
Unión, tienen siete boletos mensuales, tres ordinarios por ser periodo
de receso, y cuatro para asistir a la única sesión de los miércoles de
cada semana. La metodología es la misma, pero las ganancias superiores.
Agencias pagan mínimas rentas
Hasta septiembre de 2008, en San Lázaro operaban cinco agencias de viajes y dos oficinas para Mexicana y Aeroméxico.
Según
los registros de transparencia, en la Cámara baja operan desde hace
tres Legislaturas las agencias Alpandeire, a cargo de Loreto Ciudad
Fernández; Viajes Jovi, con María del Pilar González; Valero Viajes
Internacionales, con Roberto Valero; Viajes Helvetia con Alberto
Kramis, y Gengis Khan, con Gabriela Varela; todos ellos señalados como
representantes legales o directivos.
Estas oficinas pagan entre 3
mil y 8 mil pesos por el espacio que ocupan, y es representativo lo de
la luz, el agua y demás servicios que utilizan.
La Cámara termina su obligación al entregar los cupones, y depende entonces del diputado el buen o mal uso que haga con él.
En
las revisiones de los costos de avión que hay en los archivos de
transparencia, se encuentran boletos internacionales con escalas en
lugares turísticos que casi duplican el precio original.
Por
ejemplo, en septiembre de 2008 los diputados Jesús de León, Alberto
Esteva, Jorge Salum y Oralia Vega ocuparon pasajes por 60 mil pesos
para asistir a un foro en Ginebra Suiza, después de pasar por Amsterdam
y París.
O los legisladores Armando Barreiro y Alonso Mejía,
quienes para asistir a una comisión en Uruguay usaron vuelos
México-Panamá-Montevideo, con un costo de 43 mil pesos cada uno.
El
7 de junio pasado, EL UNIVERSAL publicó el total de percepciones con
las que los diputados federales se despedirán del fuero, cantidad que
rebasa el millón de pesos, a lo que se sumarán las ganancias por el uso
de los boletos de avión, y aquellas partidas que sus coordinadores
parlamentarios pretendan repartir entre sus legisladores, o heredar a
sus sucesores.