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“Zetas” rescatan a expertos en plagio

María de la Luz González| El Universal
Viernes 05 de junio de 2009
Tres días antes de la fuga en el penal de Cieneguillas, los 53 reos fueron alertados para prepararse “con sus mejores garritas” pues les iban a hacer una fiesta

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Tres días antes de la fuga, los 53 reos liberados del penal de Cieneguillas, en Zacatecas, por un comando armado de Los Zetas, fueron alertados para prepararse “con sus mejores garritas” pues les iban a hacer una fiesta y les llevarían unas muchachas.

El que dio el aviso y coordinó el escape fue “un comandante” de Los Zetas, que había ingresado al penal hacía casi un mes, y cuya liberación era el objetivo principal del comando que el 16 de mayo pasado irrumpió en el Cereso, de acuerdo con el testimonio videograbado de Osvaldo García Delgado, El Vampiro, uno de los dos evadidos recapturados el miércoles en el estado de Hidalgo.

Según su declaración, los evadidos permanecieron tres o cuatro días escondidos en una bodega y en casas de seguridad, y después de ese tiempo, los “comandantes” Quique, Ostión y El Chuky, quienes habían coordinado la fuga desde fuera de la prisión, los dividieron para enviarlos como tenderos, halcones y operativos a Puebla, León (Guanajuato), Jalisco y Sinaloa.

El Vampiro, quien ya se había sumado como halcón (informante-vigilante) en Hidalgo a las actividades de la banda de secuestradores Los Cotorros, vinculada a Los Zetas, fue reaprehendido junto con Marcos Espinoza Muñoz otro de los evadidos, también colocado como halcón.

Según su declaración, el día de la fuga varios de los evadidos desconocían el plan y dormían cuando llegó el grupo armado, y fueron despertados por los organizadores, que les tocaron en sus celdas diciéndoles que salieran, pues venían “los del pueblo”.

“Todos corrimos a agarrar escobas, palos y lo que se pudiera, pero luego llegaron los uniformados armados y nos comenzaron a llevar hacia fuera… no, no fue que si nos queríamos ir… entró un señor y nos dijo que el que se quedara adentro, que ellos se iban a quedar esperando hasta que saliéramos todos, y que el que no saliera le iban a dar ‘piso’ (matar)”, relató.

Los custodios, dijo, no intervinieron. Los “uniformados” sacaron a todos, subiéndolos a varias camionetas y tomaron la carretera a San Luis Potosí, ubicado a unos 60 o 70 kilómetros de Cieneguillas, por donde transitaron con las torretas y las sirenas encendidas casi la mitad del trayecto sin ser detenidos.

En el poblado de Salinas, el convoy se detuvo y el comando comenzó a retirarles a las camionetas los emblemas de la policía y las torretas. Después, llegaron a San Luis Potosí, donde se escondieron, y sin permitirle a ninguno regresar a Zacatecas, porque la fuga “había calentado la plaza”.

Días después, El Quique y El Ostión seleccionaron a quienes serían tenderos (distribuidores de mariguana y cocaína al menudeo, y que reciben 3 mil pesos quincenales, halcones (vigilantes) y operativos, que tienen un rango mayor en la organización, y son los que cuidan a los “comandantes” y les ayudan en los levantones, detalló El Vampiro.

Luis Cárdenas, coordinador de Inteligencia de la Policía Federal, aseguró que las principales bandas del crimen organizado están en crisis, pues la policía las ha dejado sin cuadros. Dijo que la falta de operadores de las bandas mantiene a secuestradores inmóviles, y esto hace que traten de rescatar a plagiarios experimentados.



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