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Un duelo, pero de alta cortesía

Sergio Jiménez| El Universal
Sábado 16 de mayo de 2009

sergio.jimenez@eluniversal.com.mx

Fue un duelo, pero con cortesías, de esgrima. Puntillarse, sólo marcar los golpes... discursos cargados de mensajes entre líneas; el Día del Maestro permitió ir de los escándalos políticos a la economía, a la emergencia sanitaria y a una alianza política no concretada en público. Todo sin besos ni choque de manos, como medida precautoria ante la influenza A.

Como un pronóstico, la lluvia auguraba un día nublado en las relaciones entre el magisterio, representado por Elba Esther Gordillo, y el presidente Felipe Calderón. Alonso Lujambio, titular de la SEP, apenas si pintó.

Gordillo soltó ante Calderón antes de terminar su mensaje: “Las elecciones no son las que califican la legitimidad de un gobierno, es la historia la que se encarga de ello. Por ello, señor Presidente, escribamos la parte de la historia que los nuevos tiempos de México nos exigen”.

La respuesta vendría después.

El nubarrón se colocó sobre Gordillo, cuya dicción la traicionó. Se tropezó con la palabra “epidemiológico”: la primera vez la libró, con una pronunciación imprecisa, la segunda, no. Cuatro intentos y de plano, mejor silabeó: “e-pi-de-mio-ló-gi-co”, no sin antes lanzar un “¡Dios mío!” para auxiliarse.

Gordillo pintó un escenario oscuro para el país, aunque matizaba con frases intercaladas. De la economía reconoció un “estrepitoso derrumbe que ha derrotado muchas expectativas... menos las nuestras. Las empresas cierran, se pierden empleos, los ingresos son efímeros y la inflación augura tensiones sociales”.

Advirtió que ya no hay márgenes petroleros, caída de ingresos y restricciones en programas sociales. La guerra contra el hampa, dijo, somete a tensiones a la sociedad, pero “no la debemos abandonar”. Y para rematar, la Alianza por la Educación —firmada hace un año— “inmersa en indefiniciones” y que “se puede volver insuficiente”.

Luego tendió la mano: “Es indispensable volver los ojos a la política” y propuso alcanzar una alianza política “por encima de intereses, de grupos, de mezquindades y de corruptelas”.

Llegó el turno de Calderón, quien reviró a cada tema. En seguridad dijo que los costos son menores a los facturados por la cobardía, inacción y pasividad en otros tiempos. En economía como en salud, los retos serán superados, dijo. Y de la alianza, amplió, es por los niños, por la educación, por el futuro de México.

Aclaró que a pesar de “enormes problemas” y de “difíciles pruebas”, no cabe la expresión del Estado fallido. De haber sido así, “hace rato que nuestro país hubiera tropezado en el camino”.

Y gracias a la contingencia sanitaria, los besos no aparecieron para las fotos.



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