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Hillary, con aire latino y afecto por lo mexicano

J. Jaime Hernández Corresponsal| El Universal
Jueves 26 de marzo de 2009
Siempre ha manifestado que tiene “una relación especial y familiar”

WASHINGTON.— Aun antes de ser secretaria de Estado, Hillary Clinton nunca ocultó su proximidad afectiva e intelectual con México: “Más que una relación especial, compartimos con México una relación de familia”, aseguró poco antes de embarcarse en su primer viaje a la ciudad de México como responsable de la política exterior de la administración de Barack Obama.

Hoy, cuando visite la Basílica de Guadalupe, Hillary lo hará con la esperanza de que las relaciones de Estados Unidos y México superen desencuentros y malentendidos causados por informes que insisten en presentar a su vecino del sur como un país arrinconado por la violencia de los cárteles.

“México es un aliado estratégico y tenemos que estar con ellos”, es la divisa que Clinton ha hecho circular entre sus colaboradores más cercanos en el Departamento de Estado y con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Confraternizar con la comunidad latina no es un nuevo para Hillary. Desde sus años como activista comunitaria en estados fronterizos con México, se convirtió en firme defensora del derecho al voto de los hispanos, comunidad que siempre ha encontrado en ella a una de sus mejores abogadas en el terreno de los derechos civiles.

Para quienes aún intentan entender el profundo vínculo de Hillary con la comunidad latina, los años con su esposo, Bill Clinton, son sólo un factor de la ecuación. La otra parte que explica el ascendente de Hillary entre los latinos está en relación directa con sus vínculos con toda una generación de políticos y activistas, entre ellas, políticas latinas como Loretta y Linda Sánchez o Hilda Solís, la única mujer latina en el gabinete de Barack Obama.

“Hillary es como de la familia para los latinos”, aseguró Sergio Bendixen, un respetados analista político en Florida, en alusión al historial de apoyos políticos que Clinton ha cultivado entre los latinos.

Cuando Hillary se alzó con más de 18 millones de votos en unas primarias que hicieron historia en EU en 2008, muy pocos le concedían la posibilidad de triunfo a Obama entre los latinos. Sin embargo, tras una recomposición interna en la que Hillary pidió el voto en favor de Barack, los hispanos decidieron apoyarlo con poco más de 66% de los sufragios emitidos.

“Hillary siempre ha representado el muro de votos latinos, una condición que ha construido ladrillo a ladrillo”, dice Bendixen.

Hillary nació en una familia metodista en los suburbios de Chicago. Su padre, un próspero empresario textil, fue ferviente anticomunista que en mucho influyó en sus primeras ideas políticas. De hecho, Hillary trabajó como voluntaria en el Partido Republicano hasta que se contactó con el movimiento de derechos civiles de Martin Luther King y su vida cambió para siempre.

Hoy, como secretaria de Estado, Hillary tiene la oportunidad de ser una interlocutora excepcional frente al gobierno de México. En particular, cuando la comunicación entre Washington y el Distrito Federal, se ha visto afectada por desinformación o diagnósticos alarmantes que presentan a México como Estado en riesgo de colapso o de “amenaza existencial” ante cárteles.

“Hillary tiene hoy ante sí la oportunidad de retomar la iniciativa política para dictar el tono de las relaciones con México”, reconoció un alto cargo de la administración que pidió permanecer en el anonimato.

Un objetivo que Hillary podría buscar abordando el tema con México como si se tratara de un asunto de familia.



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