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Acoso del narco mexicano en AL

José Meléndez / José Vales Corresponsales| El Universal
Sábado 06 de diciembre de 2008
Las mafias del narcotráfico mexicano desbarataron las viejas estructuras de seguridad de América Latina, tras posicionarse con una intensa ofensiva continental que penetró los aparatos políticos, empresariales, militares, policiales y judiciales del área para dominar el contrabando y almacenamiento de cocaína y éxtasis o droga sintética desde Colombia, Argentina y Perú, vía Centroamérica, a México y Estados Unidos

SAN JOSÉ/BUENOS AIRES.— Las mafias del narcotráfico mexicano desbarataron las viejas estructuras de seguridad de América Latina, tras posicionarse con una intensa ofensiva continental que penetró los aparatos políticos, empresariales, militares, policiales y judiciales del área para dominar el contrabando y almacenamiento de cocaína y éxtasis o droga sintética desde Colombia, Argentina y Perú, vía Centroamérica, a México y Estados Unidos.

Con bases estratégicas en los siete países centroamericanos para recibir, esconder y redistribuir los cargamentos de drogas que son enviados por tierra, aire y mar desde el sur del continente, los mexicanos son considerados hoy por ejércitos, policías y cuerpos antidrogas latinoamericanos y de Estados Unidos como los más grandes capos del narcotráfico en el Hemisferio Occidental.

 

Instalados a sangre y fuego en pueblos y selvas guatemaltecas y al amparo de políticos de ese país, con sobornos en cadena a autoridades policiales y judiciales panameñas, o mediante compañías salvadoreñas del transporte de carga que, a diario, recorren el istmo centroamericano, y laboratorios de éxtasis encubiertos en empresas funerarias fantasmas hondureñas, los mexicanos infiltraron centros claves de poder.

 

Con este marco, los presidentes de Centroamérica se reunieron ayer en San Pedro Sula, Honduras, para debatir la crisis regional de seguridad, agravada por la incursión de los cárteles mexicanos del narcotráfico que pretenden controlar territorios.

 

“En Panamá, con el billete en la mano, los ‘narcos’ mexicanos han comprado favores todos los días, a todos los niveles”, denunció el abogado panameño Miguel Bernal, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá.

 

“Por omisión o acción de ciertas autoridades, el narcotráfico mexicano creó un radio de acción que va en crecimiento, sin atrasos y ante la inoperancia del sistema judicial, donde opera la mayor impunidad”, añadió, en entrevista con EL UNIVERSAL.

 

 

Panamá, “vital” para narcomafias

En un reflejo de la penetración de los cárteles —en especial el de Sinaloa, el Golfo y ahora Los Zetas—, el número de mexicanos presos por narcoactividad y “blanqueo” de dinero en Centroamérica aumentó de 75 a 102 de octubre de 2007 a agosto de 2008, según la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Panamá es vital para las narcomafias de México, por su cercanía con Colombia: del total de encarcelados, hay 57 mexicanos en prisiones panameñas.

Pero la penetración llega al cono sur. Perú, donde hay 77 mexicanos presos por servir de “mula” o “correo humano” de drogas, es utilizado por los cárteles de México como punto en la cadena de producción y escala en ruta al resto de la región y a Europa.

Una fuente de alto rango de la Policía Internacional (Interpol) en la capital paraguaya explicó a este diario que “hablar” de efedrina en el último semestre en América del Sur, en especial Paraguay y Argentina, “es decir mexicano”. Para ratificar la alerta, en el último año fueron detenidos 39 mexicanos en Argentina, nueve en Paraguay y cuatro en Uruguay.

 

La debilidad legal en América del Sur en efedrina —precursor químico para producir tabletas de éxtasis— atrajo a los mexicanos, que desde 2005 establecieron una “cabeza de playa” en Argentina y Paraguay, para invadir en los bajos mundos del contrabando de drogas. México prohibió la efedrina en 2006.

 

Nuevas zonas para operar

Especialista en temas de inseguridad y delitos, autor de varios libros sobre las correrías de la policía bonaerense, Ricardo Ragendorfer, trabaja en una nueva investigación sobre el denominado “Triple Crimen”, y asegura que el desembarco del narco mexicano en el Cono Sur no sólo se da por la permisividad con el comercio de efedrina. “Habría que ubicarlo también con el recrudecimiento de la represión contra los delitos del narco en el propio México. Eso hace que salgan a buscar nuevas zonas para operar. Y en un mundo cada vez más interconectado no es de extrañar que ya estén operando en Argentina”.

Mientras las autoridades argentinas hallaban, en agosto, una “cocina” de droga sintética operada por 10 mexicanos en Buenos Aires, pistoleros de Los Zetas —que entonces era brazo armado del cártel del Golfo— entraban y salían de Guatemala, al otro extremo del continente, para posicionarse con fuerza y asumir control directo de vastas operaciones del tráfico y almacenamiento.

Sacudida en marzo, octubre y noviembre de este año por tres narcomasacres que dejaron al menos 45 muertos, Guatemala ha perdido control territorial frente al creciente poder del crimen organizado. Tras un choque a balazos entre narcotraficantes mexicanos y guatemaltecos que dejó 17 muertos el domingo anterior en un poblado limítrofe con México, Ejército y policía evitaron entrar de noche a la zona y esperaron a que fuera de día.

 

“Todo eso muestra pérdida de control territorial. Es una forma de reconocer poder de fuego y control territorial del narcotráfico”, dijo el guatemalteco Héctor Rosada, presidente del Centro de Estudios y Estratégicos y de Seguridad en Centroamérica (no estatal), consultado por este diario.

“La institucional de seguridad y judicial de Guatemala es ‘precarísima’, se ve desbordada y no está preparada para esta nueva guerra entre cárteles mexicanos por la presión en México”, afirmó la investigadora Claudia Samayoa, de Seguridad en Democracia, organización no gubernamental guatemalteca.

“Desde hace muchos años, los mexicanos tienen alianzas con narcotraficantes guatemaltecos, pero ahora buscan ampliar el control territorial de Guatemala más allá de sus nexos locales, por lo que se están renegociando reglas de juego con las mafias que tradicionalmente han manejado el crimen organizado en Guatemala”, explicó Samayoa.

Del sur al norte del continente, la narcoactividad en trillos ciegos y pistas clandestinas consolida la penetración mexicana, desplegada en un corredor marítimo por el Océano Pacífico entre México y Colombia por el que pasa cerca de 90% de la cocaína que va a EU.

 

 



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