Al menos 177 elementos de las Fuerzas Especiales del Ejército mexicano han desertado del instituto armado en los últimos tres años, señala la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en respuestas a solicitudes de información formuladas por este diario.

Esta cifra se suma a la de mil 383 elementos que la Sedena tiene documentados como desertores en el periodo de 1994 a 2004, esto es, desde la creación de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes) y de los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales (Ganfes).

En total, la cifra de deserciones de tropas de élite reconocidas y documentadas por el Ejército es de mil 560 elementos.

Además de los elementos de las fuerzas especiales que desertan, la Sedena no realiza un seguimiento de los efectivos que han formado parte de los Gafes y Ganfes y que se dieron de baja.

En contraste, la Marina (Armada) sí cuenta con un mecanismo de seguimiento de quienes han pertenecido a sus fuerzas especiales y con los años pidieron la baja, debido al tipo de conocimientos que poseen.

En respuesta a solicitudes de información (hechas a través del Instituto Federal de Acceso a la Información IFAI) entregadas en la anterior administración, la dependencia señaló a este diario que sí cuenta con información periódica sobre lo que hacen los ex integrantes de los cuerpos de élite de la Armada.

A estos ex marinos se les entrevista periódicamente para saber en qué trabajan o qué han estado haciendo, señaló en su momento la Armada de México.

Batallones de desertores

De las cifras proporcionadas por la Sedena sobre el número de desertores pertenecientes a las fuerzas especiales, se puede calcular que con ese número de elementos podrían formase al menos tres regimientos (con 400 elementos o más), poco más de dos batallones (con 600 elementos o más), o bien 15 compañías (formadas con 100 elementos o más), 45 secciones (integradas con 30 elementos o más) o 150 pelotones (formados con 10 elementos), según el sistema de organización de la Secretaría.

Varios de los soldados de élite que han traicionado al Ejército se han unido a bandas criminales. Uno de los ejemplos es el grupo de sicarios conocidos como Los Zetas, constituido por desertores del Ejército, algunos con entrenamiento de fuerzas especiales.

Causa de deserciones

En torno al rubro de las deserciones, el documento interno de la Sedena titulado Agenda. Panorama General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, elaborado en octubre de 2007 y en el que la dependencia hace un autoevaluación y diagnóstico de esta situación, menciona de manera breve el problema.

El documento describe la ruta profesional a seguir para que un elemento alcance el grado de sargento, segmento que constituye una parte fundamental de la estructura militar, y al cual le toma en promedio 10 años lograr una formación profesional para ostentar ese grado.

“Logran la jerarquía de sargentos primeros solamente 1 de cada 160 elementos que causan alta en el Ejército”, indica el texto.

Es en ese lapso cuando suelen darse las deserciones, sobre todo entre soldados rasos, cabos y sargentos segundos.

Después, un sargento primero puede acceder al Curso de Formación de Oficiales en el Heroico Colegio Militar para graduarse como subteniente. Sin embargo, “solamente 1 de cada 7 logra este propósito”, advierte el análisis.

Plan de la Sedena

Para contrarrestar esta situación la Defensa Nacional ha aplicado aumentos de salario a la tropa, además de buscar que los militares pasen más tiempo con sus familias y que sufran el menor desgaste posible.

Así, el documento sobre la situación del Ejército y Fuerza Aérea establece que “la moral de las tropas se ha venido fortaleciendo mediante diversas medidas de carácter económico, familiar y de desarrollo profesional implementadas por el mando supremo (el Presidente)…”

“Uno de los indicadores que reflejan el efecto de estas acciones es la disminución en un 10%, en el índice de deserciones”, agrega el análisis.