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‘Toca’ fondo división en diputados de PRD

Ricardo Gómez y Andrea Merlos| El Universal
Miércoles 23 de abril de 2008
Zavaleta no descarta un “buen arreglo o feliz divorcio”

ricardo.gomez@eluniversal.com.mxandrea.merlos@eluniversal.com.mx

La fracción del PRD en la Cámara de Diputados se quiebra. Vive una división interna, propiciada por las formas de apoyo a Andrés Manuel López Obrador —y la presión de éste a sus legisladores— y las acciones de resistencia contra la reforma energética.

La ruptura más notoria se ha centrado en la corriente denominada Nueva Izquierda, o Los Chuchos, que tiene como a una de sus cabezas más fuertes a Ruth Zavaleta, presidenta de la Mesa Directiva, en línea directa con sus pares en el Senado, Carlos Navarrete y Graco Ramírez, el mismo Jesús Ortega, además de Octavio Martínez, presidente de la comisión de Turismo como su coordinador en San Lázaro.

Nueva Izquierda tiene una presencia de alrededor de 54 diputados dentro de la bancada de un total de 127, pero ha logrado aliarse con otras corrientes no afines a López Obrador, como Alianza Democrática Nacional (ADN), con Luis Sánchez, vicepresidente de la Mesa Directiva, lo que le ha dado mayor peso a decisiones que se someten a votación.

Del otro lado se encuentran perredistas más radicales como Valentina Batres, del Frente Político de Izquierda, afín a López Obrador y a Alejandro Encinas. Aleida Alavez, Emilio Ulloa, Alfonso Suárez del Real, Mónica Fernández son algunos rostros que los acompañan además de Layda Sansores y Alberto Esteva (Convergencia).

La división en el PRD se vive día con día. El mismo día de la toma de la tribuna hubo la falta de coordinación y comunicación. Los más sorprendidos fueron los de Nueva Izquierda. Algunos acusaron que les tendieron un albazo.

En reuniones plenarias se ha visto a Javier González Garza, coordinador de la bancada, pedir a representantes de cada una de las corrientes ponerse entre ellos de acuerdo, como el jueves pasado en que pidió acordar a Octavio Martínez, de Nueva Izquierda; Alejandro Sánchez Camacho, de Izquierda Democrática Nacional (IDN), a Humberto Zazueta de los Cívicos y a Luis Sánchez de ADN.

Las diferencias se han apreciado en varios frentes, desde el simple discurso, hasta las acciones más concretas. En la toma de la tribuna, por ejemplo, Nueva Izquierda sí hizo presencia al inicio con diputados de Oaxaca y Guerrero, y otros como Antonio Ortega y Octavio Martínez, pero en las últimas horas su presencia es casi nula.

En el abanico de divergencias destaca que Nueva Izquierda comparte la resistencia, pero no la forma de realizarla. Rechaza la toma de tribunas, huelgas legislativas y acciones que han sido aprovechadas, difundidas y ejecutadas por diputados afines a López Obrador.

De la misma forma las declaraciones de diputados Chuchos en que se promueve dejar la tribuna son de inmediato descalificadas.

Pero la sangre ha llegado al río. Antonio Ortega, hermano de Jesús Ortega, no comparte la idea de que la actuación de los legisladores sea decidida por López Obrador. “Nos parece muy grave romper con la autoridad que le hemos dado a los grupos de que seamos nosotros en asamblea los que tomemos nuestras decisiones libre y voluntarias”.

Y aunque asegura que “bajo ninguna circunstancia” aceptarán atender órdenes ajenas a la soberanía de los diputados, la tribuna sigue tomada como lo ha dictado López Obrador.

Apenas el lunes Zavaleta reconoció la división que existe en su fracción y en su partido: “Sí estamos divididos porque hay un grupo mayoritario que opinamos que no se debe tomar la tribuna, que debemos de seguir una lucha de otra forma”.

La ruptura se ha intensificado y ha estado acompañada en las últimas horas de insultos e incluso jaloneos a legisladores de Nueva Izquierda como a la misma Zavaleta, o Jesús Ortega.

Zavaleta considera que es una campaña en su contra. Y retoma una frase que acuñó para referirse a quienes incitan a la violencia. “Es el huevo de la serpiente. O sea no podemos estar hostigando e incitando a la gente para que tenga odio hacia los que no piensan igual que ellos, porque eso genera un clima de inestabilidad, pero también de violencia y de odio hacia los que no pensamos igual”.

“Nada es imposible” dice con esperanza y no descarta que a pesar de sus diferencias puedan llegar “a un buen arreglo o a un feliz divorcio”.

Ayer, después de la negativa a firmar la carta compromiso propuesta por López Obrador para asegurar que los legisladores tomarán la tribuna cuantas veces sea necesario para impedir la reforma energética, los diputados redactaron un acuerdo interno en el que garantizan no dejar la resistencia civil.

El acuerdo aprobado será para los senadores y tiene el objetivo de mantenerse atentos de cualquier intento de un albazo legislativo en donde la mayoría de PAN y PRI pudieran aprobar la reforma energética antes de que se acuerde un dictamen por consenso.

Por la noche, Fernando Belauzarán calificó de un acto de manipulación cobarde las agresiones de las adelitas contra Rut Zavaleta. Además le solicitó a López Obrador censurar el hecho.



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