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Empañan relevoviejos fantasmas de fraude

Francisco Reséndiz| El Universal
Sábado 09 de febrero de 2008

francisco.resendiz@eluniversal.com.mx

El Instituto Federal Electoral (IFE) volvió a la vida. A media mañana, el silencio que había tomado por el cuello al Instituto desapareció. Los nuevos y viejos consejeros electorales se fundían en abrazos, festejaban, conmovían, cerraban filas, pero… las risas duraron poco.

Leonardo Valdés Zurita, Benito Nacif y Marco Antonio Baños recién habían rendido protesta cuando los partidos se posicionaron frente a ellos y deslizaron su poder… De repente, PRD y PAN se enfrascaron en el mismo discurso del 2006… “fraude” decía uno, “mito”, contestaba el otro y también revivió la confrontación.

Luego de 30 minutos de sesión extraordinaria parecía que a nadie le interesó el primer discurso de Valdés Zurita, donde subrayó que el IFE debe mantenerse como pilar de la vida democrática mexicana y llamó a la ciudadanía a vigilar que el instituto cumpla con sus obligaciones.

Había dejado claro que el reto del nuevo Consejo General del IFE de cara a los comicios de 2008 y 2009 será concretar la confianza ciudadana en la autoridad electoral que ahora se debe consolidar.

Luego, cada partido hablaba de sus intereses: los verdes demandaban equidad, Nueva Alianza criticaba cómo llegaron los nuevos consejeros, el PRD exigía que no se quemaran las boletas y el PAN poner fin a la sospecha de fraude.

Los institutos políticos planteaban posiciones, posiciones fuertes… Entonces Benito Nacif, igual, habló fuerte. Estableció que gracias al IFE el país ha transitado en paz, pero la democracia está inacabada. Dijo que aún hay mucho por hacer en financiamiento y campañas.

Subrayó que el IFE debe retomar el paso; los ciudadanos quieren un IFE trabajando y asentó que los mexicanos tienen grandes expectativas de que la reforma electoral dote al organismo de autoridad y capacidad para ser un árbitro eficaz.

Las escenas de cuando las luces de cámaras fotográficas y de televisión se centraban en Marco Gómez abrazando al presidente Valdés y al secretario Ejecutivo Manuel López Bernal, o a un perredista Rafael Hernández Estrada sonriente dando la bienvenida a los consejeros.

Terminó la sesión, los consejeros fueron a dar una larga conferencia de prensa. En el aire quedaron las palabras de Valdés con las que estableció que no se debe dejar de observar que la reforma constitucional ha sido producto de un gran consenso político que le otorga legalidad y legitimidad al nuevo Consejo General del IFE, pero también lo obliga a velar por la independencia de sus decisiones y funcionamiento.

Y del llamado a todos los funcionarios del Instituto a desempeñar sus funciones con estricto apego a legalidad y con el patriotismo que —dijo— se requiere para llevar a esta institución al cabal cumplimiento de sus elevados fines.

“Hemos edificado nuestra democracia poco a poco, transitando por una ruta no exenta de obstáculos y de problemas, los cuales hemos salvado con la generosa aportación de mucho mexicanos que han aportado su talento, su esfuerzo, su inteligencia y fundamentalmente su participación política desinteresada y auténtica”, apuntó. Revivió el IFE y con ello la discusión política de 2006.



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