Seguidores de Andrés Manuel López Obrador y elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) comenzaron la disputa por el control del zócalo de la ciudad de México para la celebración del grito de Independencia, la noche del 15 de septiembre.

Desde ayer inició esta lucha por los espacios, que se constató con la instalación de vallas metálicas del EMP sobre la plancha de la plaza de la Constitución, en respuesta al anuncio hecho por la Convención Nacional Democrática (CND), que busca tomar posesión de la plaza para celebrar esta fecha histórica.

El gobierno de Marcelo Ebrard colocó algunas carpas para realizar ahí actos culturales.

Simpatizantes del político tabasqueño dieron a conocer que incluso dormirán en el zócalo desde el próximo 14 de septiembre, para asegurar el lugar para su celebración de la gesta de Independencia.

Ante ello, Estado Mayor Presidencial instaló desde la madrugada del miércoles un “cinturón de seguridad” integrado por tres líneas de vallas metálicas.

La primera línea se levanta sobre la acera de Palacio Nacional; la segunda y tercera forman un gran rectángulo —unos 30 metros dentro de la plancha— hasta las entradas del Metro. Además, las aceras de la Catedral Metropolitana y del edificio del Ayuntamiento también fueron acordonadas con vallas metálicas.

El jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, no ha fijado su posición en torno a las actividades que su administración realizará en torno a las fiestas patrias.

Este “cerco” de Presidencia causó molestia entre la gente. Durante la ceremonia de arriamiento de bandera, decenas de ciudadanos tuvieron que rodear las vallas, pues al término del acto elementos de la Policía Federal Preventiva les impidieron el paso.

Alicia Ramírez, una visitante del estado de México, reclamó a un policía preventivo que la dejara pasar porque tenía derecho a caminar por donde quisiera. “Dé la vuelta”, respondió seco el uniformado.

En 2006, en pleno conflicto postelectoral, Alejandro Encinas, entonces jefe de Gobierno, negoció con el ex secretario de Gobernación Carlos Abascal, para que Vicente Fox trasladara la ceremonia del grito a Dolores Hidalgo, Guanajuato, a cambio de que tampoco López Obrador encabezara el mismo acto en el zócalo.

Los organizadores de la Convención Nacional Democrática no precisaron la hora en la que pretenden dar el grito, pero informaron que los festejos se iniciarán el viernes 14 con una verbena popular y que el grito “de los libres” comenzará a las cinco de la tarde del sábado 15, sin contravenir las acciones del gobierno de la ciudad de México.

El pasado 24 de agosto, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, declaró que el zócalo capitalino es de todos los mexicanos y, por lo tanto, no es de un “signo político o ideológico”.