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Francisco Ramírez Acuña: Un partido marcado por la represión

ALEJANDRO SUVERZA| El Universal
Domingo 03 de junio de 2007
Empresarios y el cardenal Sandoval Íñiguez avalaronla "dureza" delentonces gobernador. En la actualidad,Amnistía Internacional destaca lo preocupante del nombramientodel secretariode Gobernación

GUADALAJARA, Jal.- Hace seis meses fue nombrado secretario de Gobernación, pero su pasado como gobernador de Jalisco lo persiguió hasta la ciudad de México. Los sectores que simpatizan con él aseguran que México necesita de su "mano dura". Otros lo califican de represor. El desenlace del conflicto de Oaxaca, que terminó con la aprehensión de los dirigentes de la APPO, está sobre su espalda. La semana pasada Amnistía Internacional, en su informe anual 2007, consideró como "motivo de preocupación" su nombramiento porque como gobernador no impidió ni castigó las violaciones graves a los derechos humanos.

Francisco Javier Ramírez Acuña o Paquito, como le llaman algunos en Guadalajara, mostró abiertamente su personalidad de línea dura el 4 de mayo de 2002, cuando envió a la policía al exclusivo Club Oro, del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, a romper una fiesta rave y mil 500 jóvenes fueron obligados a permanecer con la cara y el pecho sobre el suelo; mientras eran encañonados, los perros los olfateaban y eran cateados uno a uno.

Resultaba raro que en 1971 hubiera fungido como secretario de organización del grupo juvenil del Partido Acción Nacional. "A mí me parece que Ramírez Acuña tiene un problema generacional, los jóvenes le exasperan. No le gusta cómo visten, cómo se mueven, cómo bailan, cómo organizan sus fiestas", dice el director de la Unidad de Estudios de Movimientos Sociales de la Universidad de Guadalajara, Jorge Regalado.

La opinión pública jalisciense reprobó el hecho. El domingo 12 de mayo de ese mismo año, padres de familia marcharon en contra del gobernador acusando a su policía estatal de violar las garantías individuales y manosear a jovencitas durante las revisiones. A los diarios locales llegaron decenas de cartas de protesta, pero también de apoyo por su "combate frontal". El director general de la Canaco, Raúl Alejandro Padilla Orozco, en nombre de los empresarios jalisciences, se manifestó en contra de los raves y dio su apoyo al gobernador y a sus autoridades. "Tuvo mano dura, pero los globalifóbicos no son unas peritas en dulce. No puede meterlos en orden con puras palabras", fue la declaración del cardenal Juan Sandoval Íñiguez.

Francisco Ramírez Acuña declararía después que no iba a permitir reuniones de "francachelas" y "verdaderas orgías" -palabras censuradas en la versión estenográfica de la entrevista-, y pidió a los medios y ciudadanía de Jalisco que denunciaran ubicaciones de fiestas rave para impedirlas.

Dos años más tarde vino el suceso que provocó a Amnistía Internacional. El del 28 de mayo de 2004, cuando cientos de jóvenes altermundistas, que participaban en una manifestación pacífica contra la tercera Cumbre de jefes de Estado en el centro de Guadalajara fueron reprimidos. Después de recorrer la zona -en la que las autoridades locales y federales arrastraron, golpearon, detuvieron y expulsaron a algunos de los manifestantes-, el actual secretario de Gobernación dijo: "No se permitirá que alguien ande con la cara tapada como viles cuatreros".

Discurso antichilango

Y sin pensar que algún día llegaría a tener su casa y oficina en la ciudad de México, en un discurso regionalista, en el que hizo alusión a los chilangos, sin mencionar la palabra, dijo: "Si están acostumbrados a hacer desbarajustes en el Distrito Federal, Jalisco es diferente, y vivimos gentes (sic) con sentido real de progreso y desarrollo".

Más de 100 personas fueron detenidas. La Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación para exigir al gobernador investigar las violaciones a los derechos humanos. Human Rights Watch envió una carta al gobernador para denunciar detenciones arbitrarias, brutalidad policial e incluso evidencias de tortura.

Francisco Ramírez Acuña se hizo el sordo. Y siguió adelante con sus formas de imponer el orden. Después de aquel 28 de mayo, no permitió ni un solo plantón en el centro de Guadalajara.

Ya en la capital del país, un día después de su nombramiento como secretario de Gobernación, declaró que los adjetivos de "duro" y "torturador" eran parte de una percepción equivocada de los periodistas de la ciudad de México. "A mí me gustaría que ustedes, los medios de comunicación de la capital del país, fueran a conocer la opiniónde los jaliscienses". Y dijo que tres meses serían suficientes para que los mexicanos se formaran una imagen de él.

Pero más adelante dejaría en claro que su línea no cambiaría. "Estaré dispuesto siempre a dialogar, pero no esperaré el diálogo para ponerme a trabajar", habría dicho poco antes de ordenar la aprehensión contra los líderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. El segundo hecho que provocó controversia fue cuando sacó del aire los spots del "gobierno legítimo" de Andrés Manuel López Obrador tras argumentar que iban en contra de la democracia.

Sus seguidores dicen que su trayectoria lo preparó para el cargo actual, pero sus detractores piensan que está marcado por su pasado. Cuando fue presidente municipal de Guadalajara intentó hacer una limpieza social con los limpiaparabrisas, porque daban mala imagen a la ciudad, pero la Academia Jalisciense de Derechos Humanos intervino e impidió las intenciones al vestir a los jóvenes con uniformes. Pero en contraste se negó a destituir a su jefe de policía, Jesús Enrique Cerón Mejía, por su presunta participación en la tortura y agresión sexual con tolete a un presunto delincuente, a pesar de que la entonces presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, María Guadalupe Morfín, emitió 16 recomendaciones.

Su mano además de dura era intorcible. Durante su administración ya como gobernador, cuando un ciudadano solicitó una copia de su recibo nominal e incluso el Instituto de Transparencia estatal intentó sancionarlo, él sólo respondió: "El gobernador del estado no tiene superior jerárquico".

Identificado como el hombre que levantó el puño y destapó al actual presidente Felipe Calderón Hinojosa el 29 de mayo de 2004, precisamente un día después de la represión contra jóvenes en Guadalajara, es considerado un político que se alió con la jerarquía católica local como en los viejos tiempos donde el cura y el presidente municipal se juntaban para someter al pueblo.

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez salió en su defensa y verbalmente enfrentó a la ombudswoman al decir que la Comisión Estatal estaba siendo manejada por organismos internacionales que pretendían desestabilizar el país, y que sólo defendían a los delincuentes. Tachó de "nocivo" al órgano estatal.

Dice Armando Estrada, representante de la pastoral social jalisciense: "Con el respeto que me merece el señor cardenal, hubo desatinos. A él le pareció bien el nombramiento de Ramírez Acuña como secretario de Gobernación porque dijo que se necesitaba una mano firme, pero como gobernador dejó mucho que desear. Todos los que conocen la doctrina social de la Iglesia nos preguntamos qué paso con el cardenal, porque la Iglesia siempre debe estar del lado de los más necesitados".

Además de unirse con los sectores ultraconservadores de Jalisco, que lo felicitaban por su mano dura, el secretario de Gobernación ahora está al frente de los órganos de inteligencia del país, y de las policías que tradicionalmente han sido los elementos necesarios para ejercer su mano dura.

La violencia institucionalizada

"La línea de Ramírez Acuña es la implantación y consumación de un régimen caracterizado por la violencia institucional, hay violencia en su discurso, en sus acciones", dice el investigador de la Universidad de Guadalajara, Jorge Gastón Rosete.

"Es un peligro que esté ahora como secretario de Gobernación. Se desarrolló a la sombra del capital político del PAN, pero su trayectoria es contradictoria a la del partido, a la no violencia, a no contestar golpe por golpe. Es un hombre acomodaticio que le da a la ley mayor peso que a la dignidad humana", dijo el ex consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Luis Óscar González.

Dice el investigador de la UdeG, Gastón Rosete, que Ramírez Acuña era conocido por ser el panista más priísta: "Representa la parte más oscura. En su discurso siempre alude hacer cumplir la ley, pero implantada bajo la voluntad del gobernante. Ejerce un control, aprovecha al sector de población más conservador, el discurso del jerarca católico y del empresario. Entonces, el gobernador y su gente asumen el cumplimiento de la ley en un estado de derecho, pero más bien de derecha, de la derecha más retrógrada".

Los investigadores de la UdeG que estuvieron cerca de los hechos del 28 de mayo de 2004, cuando la policía golpeó a los manifestantes altermundistas, aseguran que lo que se vio fue una estrategia para justificar su línea dura. "Los provocadores iban preparados para ello, llevaban pasamontañas, cascos, máscaras antigás. Nunca pudieron comprobar una sola agresión de los jóvenes, sólo se pudo detectar a uno que arrojó una botella de agua contra los policías", dicen.

"Es un caso emblemático porque refleja su personalidad. En su discurso culpó a los manifestantes, y en los mensajes de radio y televisión preparó a la sociedad diciendo que vendrían a destruir el patrimonio de los tapatíos", asegura otro investigador.

Al estilo del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, cuando dijo que de lo que estaba más orgulloso era de 1968 porque salvó al país del comunismo, Ramírez Acuña, en su informe de gobierno de 2004, dijo que si fuera necesario lo volvería a hacer.

"¿Aplicamos la ley?, ¿aplicamos el estado de derecho? Sí, sí lo aplicamos", declaró en entrevista con un diario, el 29 de noviembre de 2006, un día después de haber sido designado secretario de Gobernación por Felipe Calderón Hinojosa.

La línea dura triunfó con su nombramiento. El académico Jorge Regalado dice:

"Le hicieron denuncias y recomendaciones, pero parecía que en lugar de afectarlo lo recomendaban, eran sus cartas de presentación para que lo pusiera como secretario de Gobernación".



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