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Lydia Cacho: no me han destruido

FELIPE DE JESÚS GONZÁLEZ| El Universal
Domingo 17 de diciembre de 2006
"Sigo en peligro, pero el miedo es un buen motor para activarte", dice la autora de ´Los demonios del Edén´. El apoyo de la gente le ha permitido mantenerse sólida y emocionalmente más estable de lo que podría estar tras lo vivido, luego de denunciar un caso de pederastia

Hace dos semanas Lydia Cacho soñó que llegaba un judicial hasta su cama, le colocaba el cañón de la pistola en la frente y le decía con risa burlona: "Ahora sí... de ésta no te escapas". Agitada, encendió la luz e intentó, sin éxito, leer un libro, mientras el sudor escurría por su frente. A esas horas de la madrugada decidió llamar a una hermana que es sicóloga. El dictamen fue contundente: "Ya se va a cumplir un año de tu detención y, aunque seas muy fuerte y creas que tienes todo bajo control, el cuerpo tiene memoria. A esto se le llama trauma".

Tres semanas atrás se había llevado el peor de los sustos cuando una autoridad de la Procuraduría de Quintana Roo, esta vez no en sueños, le confirmó que el presunto pederasta de origen libanés Jean Succar Kuri había contratado en la cárcel de Cancún a varios sicarios que estaban a punto de salir del reclusorio y tenían la encomienda de matarla. El funcionario le mostró una hoja rugosa que contenía el plan asesino y no podía creerlo.

Para entonces ya se sabía que con su dinero Succar tenía casi el control del penal y que el gobierno decidió trasladarlo al Penal de Máxima Seguridad de La Palma, donde se encuentra ahora a pesar de los esfuerzos de sus abogados por regresarlo a Cancún, precisamente donde se registró un motín la semana pasada.

Así, entre amenazas, pesadillas, careos con presuntos pederastas, grabaciones y embestidas desde el poder ha pasado un año desde que la periodista de Cancún fue detenida y trasladada a Puebla, donde un poderoso empresario conocido como El Rey de la Mezclilla, Kamel Nacif, la acusó de difamación. El 16 de diciembre de 2005, la autora de Los demonios del edén vivió las primeras 20 horas de angustia que fueron el inicio de un año traumático. Ella está escribiendo un diario, un poco como catarsis, otro poco con el deseo de preservar la memoria de esta seductora historia.

En lo personal ha sido súper difícil enfrentar esto, primero porque cualquier persona que haya vivido una situación similar a la mía, una tortura o una detención, sabe perfectamente las implicaciones traumáticas que esto tiene.

Y a mí lo que me sucedió, como a muchas víctimas, es que en cuanto salí de la cárcel, me vi tan impedida a defenderme, en la medida que íbamos descubriendo todo los rasgos políticos y de abuso de poder que tenía el caso en contra mía, y que además mi vida estaba en peligro. ¡Y sigo en peligro! Pero el miedo es un buen motor para activarte.

Llevo un año en el que realmente no he podido trabajar. He estado en terapia. Pero al final resulta que cuando tengo algunos avances terapéuticos, de pronto otra vez un criminólogo me hace preguntas, un perfil, segundo por segundo de la detención, y "qué te hicieron y cómo te tocaron, y cómo te pusieron el arma en al cabeza, y qué sentiste... Y pasan tres días y tengo pesadillas otra vez. En eso estoy, me han pasado cosas con la ansiedad que nunca había vivido.

Bajo la alfombra de todo esto, la experiencia personal ha sido muy dura, llena de amenazas todo el año, no solamente a mí, sino a mi familia, a la gente muy cercana a mí, de todo tipo, unas veladas, otras sutiles.

Eso es lo que me ha permitido mantenerme sólida y emocionalmente mucho más estable de lo que podría estar. Es algo muy energético, pues la gente es muy amorosa conmigo a todas partes donde voy. La gente me detiene y se toma fotos conmigo, me abraza, pero tiene que ver con decirme "tú puedes porque nos representas", y las señoras muchas mujeres de todas las edades, desde viejitas hasta jóvenes, decir "apoyamos lo que tú estás haciendo".

Poco a poco se fue desentrañando la verdadera historia detrás de la detención. Durante dos meses las autoridades poblanas se dedicaron a decir que yo era una mentirosa y que todo era producto de la ficción.

Hasta que el 14 de febrero de este año sale la primera grabación en la que se escucha a Kamel Nacif -El Rey de la mezclilla- agradeciendo al famosísimo góber precioso unas botellas de coñac por mi detención. Y al gobernador diciendo lo que él ya mismo había dicho en los periódicos, el día después de mi salida de la cárcel, que yo era culpable y que me iba a dar un coscorrón.

Las otras llamadas me permitieron entender con claridad que efectivamente Nacif estaba pagando la defensa de Succar Kuri y por otro lado castigándome por haber publicado el libro y seguir defendiendo a las niñas.

Quince días después interpuse mi denuncia penal ante la PGR y se creó la fiscalía especial para periodistas. Además, se pudo comprobar el contubernio del gobernador de Puebla, Mario Marín, la procuradora y una juez, quienes incurrieron en tráfico de influencias y otros delitos de los cuales pudieran resultar responsables, incluida la tortura, amenazas y otros.

La última, que es la más importante y a la que menos se le ha hecho caso, es la llamada en la que Nacif le ofrece 7 millones de dólares a Succar para hacer una compra hostil de departamentos y en la segunda parte de esa conversación, que se lleva a cabo en árabe, le está solicitando a Succar que le traiga dos niñas, una de El Salvador y otra de Florida, niñas pequeñas, y la palabra que utiliza expresamente es "tráelas para fornicar", de tal modo que ya estamos hablando de delitos mucho más graves, como el de tráfico y trata de menores.

Tres días antes estuve sin dormir por la inquietud de estar frente a un hombre que me quiso mandar a la cárcel y ahí ordenar que me violaran. Quería verle a los ojos y de esta forma decirle: "Aquí estoy, no me has destruido". Y ya cuando estuvimos frente a frente vi cómo ese hombre poderoso se fue empequeñeciendo.

Las autoridades han sido lentas. La PGR se ha encargado de investigar precisamente el tema de tráfico a menores, pero ha avanzado muy poco; dudo que avancen como amerita el caso. Está mucho más interesado el FBI que ya tiene estas grabaciones y que está investigando a todos los implicados.

A partir del audio con las llamadas entre Nacif y Emilio Gamboa, se descubre esta relación que ambos habían negado públicamente y por la cual Gamboa decía que yo soy mentirosa.

Hay un vínculo directo entre Succar y Gamboa, un vínculo que tiene muchos años atrás y que está relacionada con negocios, probablemente de orígenes ilícitos, con el aeropuerto de Cancún y Fonatur. Y posiblemente otros, como el de Acapulco.

Tenemos ya testimonios de empresarios en Quintana Roo que nos han dicho que Succar Kuri les pidió 500 mil dólares para autorizarles entrar en el aeropuerto. Era como el operador del negocio.

Hoy Gamboa tiene más poder que nunca y el caso se ha hecho más complejo.

Me parece que Mario Marín es un tipo inteligente y supo utilizar esta fotografía, incluso sus declaraciones son muy fuertes.

Lo que es de sorprender es que el presidente de la Suprema Corte no lo haya detenido para decir "esto es harina de otro costal". Se quedó callado, y esto es preocupante.

Ahora me queda claro por qué cuando se discutió mi caso en la Corte, tres ministros no estaban conmigo, es decir, a favor de los derechos humanos, de mi defensa, y entre ellos estaba por supuesto el presidente de la Corte.

Insisto: Mario Marín es inteligente, está usando todos los recursos que están a su alcance, por cierto recursos públicos y ha contratado a abogados de alto nivel que están haciendo casi cabildeo dentro de la PGR para evitar a toda costa que yo pueda avanzar.



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