A pesar de que desde aquella mañana del 12 de octubre de 1921 cuando José Vasconcelos asumió la naciente secretaría de Educación Pública se imprimió la característica de que el titular debe cubrir con los requisitos de una "cultura sólida íntegra" y con cierto grado de "intelectual" en este momento, por "los problemas fundamentales en la baja calidad de la educación en México", se requiere de un "político, con buen juicio administrativo", coindicen académicos y especialistas de evaluación de la educación.

A diferencia de personajes como Jaime Torres Bodet, Agustín Yañez o Jesús Reyes Heroles, lo que ahora también se pide al nuevo titular es "valor personal para enfrentar las presiones de los múltiples intereses y chantajes que hay en todo el sistema", agregan.

Para el ahora ex subsecretario de Educación Básica, Lorenzo Gómez-Morín Fuentes, la SEP requiere que al frente de la dependencia se ubique una persona con "mucha política", pero al mismo tiempo con "mesura y prudencia para saber cuándo y cómo tomar decisiones".

Luego de afirmar que la actual administración deja un "sistema agotado", en "crisis", el nieto de Manuel Gómez-Morín -fundador del PAN-, dijo al consultarlo al respecto, que el éxito del próximo secretario de Educación va a depender de su "capacidad de convencimiento y argumentación frente a los diferentes actores, pero también del conocimiento que tenga del sistema para emprender cambio efectivos".

Olac Fuentes, también ex subsecretario de Educación Básica, señala que cubrir el perfil de "intelectual" como característica del próximo titular de la SEP "no es indispensable" en este momento frente a los problemas que enfrenta la dependencia.

Explicó que secretarios como Agustín Yáñez o el propio Reyes Heroles , pese a considerárseles intelectuales, "no los convirtió en grandes secretarios". Se requiere de tener "claridad, decisión para trabajar y valor personal para enfrentar las enormes presiones de los intereses que hay entre los diferentes grupos que existen en el sistema educativo en México".

"No se puede construir una políticas en las que se ceda la paz del sistema educativo sólo para enfrentar a la política que persiste en toda la estructura de la educación en México", dijo.

Tampoco, planteó, es aceptable que "un funcionario se dedique seis años a cuidar su persona o su carrera, su propia supervivencia y sirviendo sólo al puesto que puede perder", indicó Fuentes Molinar.

Contrario a esta postura, Roberto Rodríguez, investigador del Instituto de Investigación Sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, señala que a la vista de los problemas que enfrenta el sistema educativo en México "la SEP necesita un educador, que sepa más de educación que de política, es decir, México requiere de un gran proyecto educativo que no se tiene desde hace varias décadas".

El país necesita "un intelectual de la educación más que un técnico. Este es el perfil que bastaría para tener un proyecto educativo mexicano y que permitiera atender los problemas que se tienen y no tratar de importar esquemas que no dan solución a las necesidades del país. Incluso quedaría por arriba de sólo tener un proyecto educativo de grupo".

En la búsqueda de una persona que se haga cargo de la SEP "no hay que confundir un técnico con un tecnócrata. Se trata de alguien que tenga una visión integral de la educación y la cultura en México, con perspectiva universal. Un rector en ese sentido, lo vimos en los últimos años, no tiene un conocimiento panorámico. Tuvimos muestra suficiente de la limitación que tuvieron; y tampoco es concebible que se vea a la educación sólo como un problema de enfoque político".