L os dirigentes de la FSTSE, Joel Ayala; del Congreso del Trabajo, Víctor Flores, y de la UNT, Agustín Rodríguez, así como de la CTM, Joaquín Gamboa, pidieron a Javier Lozano Alarcón, quien será el próximo secretario del Trabajo, cumpla con la premisa dicha por Felipe Calderón, de respetar la autonomía sindical, y coincidieron en que aunque no lo conocen, le dan el beneficio de la duda.

Joel Ayala subrayó que lo importante es que realmente se considere el respeto a la autonomía de las organizaciones sindicales y se cumpla con la promesa de campaña de generar fuentes de empleo.

Para Ayala, el hecho de que Lozano Alarcón no sea conocido en el medio laboral no tiene mucha importancia si hay apertura, pues "preferimos gente así, que una persona con bastantes mañas".

Por separado Víctor Flores, presidente del Congreso del Trabajo, llamó a Lozano a trabajar juntos para atender los temas prioritarios de la agenda laboral, como crear más fuentes de empleo, para que sea real el planteamiento de Calderón, que será "el presidente del empleo".

Otro asunto, continuó, es el salarial, en el que debe ser prioridad mejorar los mínimos y unificar las zonas geográficas en esa materia.

Agustín Rodríguez, dirigente del STUNAM y presidente colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores, sostuvo que Lozano es una persona "realmente desconocida para el sector obrero y ni idea tenemos de su capacidad para la relación con los sindicatos y empresarios".

Señaló que con ese nombramiento todo parece indicar que en el ámbito laboral se continuará en la línea de fortalecer el neoliberalismo. Dijo que espera que se dé una buena relación y no haya fricciones como ha sucedido con el actual secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar, quien no supo llevar la citada dependencia ni enfrentar los problemas.

El líder de la CT, Joaquín Gamboa, dijo que les tomó por sorpresa en esa confederación la determinación de Calderón al nombrar a Lozano. Sin embargo, comentó que le plantearán la desaparición de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, así como que se establezca un tope de percepción único para todos los trabajadores; pero sobre todo, no hacer cambios en los contratos colectivos.