Pasada la medianoche sonó el teléfono. "A las cinco, en el Zócalo", decía uno de los estrategas de la coalición por el Bien de Todos. La movilización se dio en sigilo. Para las siete de la mañana medio millar de personas habían bloqueado los accesos a las casas matrices de Banamex, Bancomer y HSBC.

En los campamentos de la asamblea permanente había movimiento desde las cuatro de la mañana. Unos se fueron en camiones a avenida Universidad y otros llegaron a pie a las oficinas bancarias de Reforma y unos más a las de Venustiano Carranza, y se sentaron durante cinco horas...

Hoy se prepararán temprano, como los dos últimos días, para pararse frente a la sede de la Procuraduría General de la República y "entregarse" por la toma de las casetas de cobro de las cinco autopistas que dan entrada o salida al Distrito Federal.

Así, pues, ayer ahí estaban, frente a las sedes de los tres principales bancos del país. En Banamex Jesús Ortega, Gerardo Fernández Noroña y Guadalupe Acosta pedían a sus compañeros sentarse y no hacer ningún movimiento. Los trabajadores los veían molestos, pedían permiso para ingresar, pero nadie entró.

Algunos perredistas se pusieron máscaras del ex presidente Carlos Salinas y de Felipe Calderón, candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), y se abrazaron. Mientras, alguien más con una máscara de AMLO alzaba los brazos simulando su triunfo electoral.

Frente a Bancomer, en avenida Universidad, el líder del PRD capitalino, Martí Batres Guadarrama, hacía lo mismo mientras que algunos automovilistas sonaban el claxon en apoyo o en rechazo a la movilización perredista. Los trabajadores bancarios miraban sin poder hacer nada.

Una de sus pancartas decía "¡SONRÍE! La gente honrada paga impuestos". En otra dibujaron rostros caricaturizados simulando a los hombres de negocios. Algunas personas portaron moños tricolores enormes

En Reforma, frente al HSBC el diputado federal saliente, Gilberto Ensástiga lideraba junto con otros dirigentes capitalinos y estatales a uno de los contingentes más grandes que participaron en la movilización de ayer. Los manifestantes no se amilanaban al sentenciar que nadie los movería.

Y se quedaron. Se sentaron. Gritaron consignas. "Voto por voto" decían unos, y "casilla por casilla", respondían otros. Algunos igual acusaban a la banca de financiar la campaña de Felipe Calderón que de haber robado a los mexicanos y sentenciarlos a cubrir una deuda para los próximos 20 años.

Los empleados bancarios seguían viendo. Sin poder hacer nada. A la una de la tarde levantaron el plantón y se fueron, satisfechos.

Joel Ortega, secretario de Seguridad Pública, afirmó que desde el inicio de los bloqueos, las oficinas de los tres bancos estuvieron resguardadas por la policía para que no se generara crispación ni violencia. Mientras, la policía de tránsito realizó los cortes respectivos a la circulación.

ABM condena afectación

Por su parte, la Asociación de Banqueros de México (ABM) reconoció el derecho de las personas y organizaciones a manifestarse y expresar libremente sus puntos de vista, pero también condenó este tipo de conductas que afectan derechos de terceros.

Exhortó a que las expresiones de inconformidad se canalicen dentro del marco de la ley y anunció que las instituciones bancarias afectadas se reservarían su derecho de proceder legalmente contra quien resulte responsable por estos sucesos.