La primera frase que escuchó de su mamá Teresa Madruga Ayensa al conocer su decisión fue: "¡Ya tenemos un político en la casa!, ¿para qué queremos otro?", recuerda Daniel González Madruga, luego de comentarle que ingresaría a la arena política, como su padre Benjamín González Roaro, y buscaría en esta elección una curul en la Cámara de Diputados por el Partido Nueva Alianza.

A sus 21 años, el estudiante de Ciencia Política de la Universidad Iberoamericana está en favor de la legalización sólo de la mariguana, pero advierte al parafrasear al escritor Allan Ginsberg que las drogas pueden acabar con las mentes más brillantes de una generación.

Es casi mediodía, en un café de la colonia San Jerónimo Aculco, donde se realiza la entrevista con quien se autodefine como un apasionado de la labor altruista, pero también del periodismo radiofónico y de la televisión.

Sus amigos lo consideran chavo talentoso con "la pila bien puesta", inquieto y con un compromiso social arraigado por su madre, de quien heredó la alegría que proporciona ayudar a niños con enfermedades terminales.

Dice que a él no le incomoda la frase de "hijo de tigre, pintito", pues su padre, ex director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), es un excelente político, comprometido con México y con la democracia, pero también asegura sentir profunda admiración por Porfirio Muñoz Ledo y los perredistas Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas.

"De mi familia heredo la sangre política, por parte de mi padre, pero mi mamá siempre se ha dedicado a las labores altruistas. Yo veía a mi papá, que siempre llegaba con estrés y tensiones por su trabajo. Y a mi mamá, feliz de que había podido ayudar a niños".

Con ese aliciente, Daniel González dice que fue cuando con un grupo de amigos crearon la organización México Nuevo, que se dedica a la labor altruista con niños de la calle, invidentes, mujeres maltratadas o enfermos terminales.

Comprometido, pero por los tiempos a veces fallo, tengo tres trabajos: locutor en ABC Radio, conductor de un programa de análisis político en televisión por internet y también colaboro en la campaña de Alberto Cinta, candidato de Nueva Alianza al gobierno capitalino. Con Cinta ayudo a coordinar las brigadas juveniles y hago labor de logística.

Pero yo no pienso dejar el estudio por la política, para nada, no estamos aquí para grillar. He dedicado muchas horas de mi diversión al trabajo. A mi novia sólo la veo los fines de semana, pero espero que el sacrificio valga la pena.

Es interesantísimo estar dentro, porque eres un participante con una visión que puedes complementar con lo que estudias. Sin embargo, veo que esto ya es todo un caos. A mí me gustaría ver que México y la democracia salieran ganando en el terreno de la política y no la confrontación, la violencia y las descalificaciones; creo que esos puntos son los que imperan.

De entrada, el trabajo que se realice en la vida altruista.

Yo decidí entrar a las cuestiones de la política cuando trabajaba en un albergue para mujeres que habían sido agredidas físicamente. Recuerdo que en alguna ocasión una mujer me comentó cómo era golpeada y denigrada. Al final de esa charla me dijo que extrañaba mucho al tipo que la golpeaba. Yo me quedé sorprendido, decía que cómo era posible que pudiera extrañar a alguien que la golpeaba. ¡No me cabía en la cabeza!

Ella me dijo que los golpes le dolían mucho, pero que la soledad la estaba matando. Ese día me propuse hacer algo. Quizá en ese momento estaba ayudando a esa mujer, pero pensé qué se puede hacer para que no le pase esto a ninguna mujer del país.

Fue ahí cuando decidí, junto con mis compañeros de México Nuevo, comenzar a entrar a las cuestiones de política, hacer trabajo social y altruista, comprometidos con la sociedad.

¡La neta, es una tragedia! Se convirtieron en pequeñas repeticiones de políticos sin nada innovador. Con sus excepciones, quizá Kahwagi; él es de los más rescatables porque es un tipo que defiende con todo sus ideas. A los otros se les regaló un partido, les dicen qué hacer, agarraron un colmillo a la mala para atacar, para vender la ecología, como salió en el video. Se me hace un absurdo total.

Yo jugaba futbol americano. Recuerdo que en Pumitas estábamos repitiendo mucho la formación 44 y nos estaba funcionando bien. Pero comencé a decirle al entrenador que había que sacar una nueva jugada, pero en un partido salí muy molesto porque yo no participaba en la jugada. Se lo comentó a mi padre y él me dijo: que en el futbol americano cuando una jugada te funciona la debes repetir y repetir. Hace seis años al ver por televisión la estrategia de campaña de Vicente Fox, mi padre recordó esa anécdota y me dijo que en la política, como en el futbol, cuando algo te sale hay que repetirlo y repetirlo.

No lo sé. Mi padre dedicó la vida a la función pública. Siempre había luchado por cambios, yo creo que en el PAN encontró la mejor opción.

Es una etapa de muchísimo aprendizaje. En Nueva Alianza he estrechado la amistad con mis amigos de México Nuevo, desarrollé una gran admiración por Alberto Cinta, porque es una persona con unas tablas... muy noble, bonachona. Lo más bonito son los amigos que me llevo. Siento profunda admiración por mi papá, por nuestro candidato Roberto Campa, por Cinta; de otros partidos admiro mucho a Porfirio Muñoz Ledo, a Alejandro Encinas, al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Se debe regresar al papel de representar a la gente. Las encuestas marcan que nadie conoce quién es su diputado. Uno se debe a la gente que lo eligió, por lo tanto deben representar a quienes los eligieron y no al líder todopoderoso por estar esperando que le den un hueso dentro de tres años.

Creo que sólo en el caso de la mariguana se debería despenalizar. Primero porque es la de mayor consumo y supuestamente no es adictiva física sino sicológicamente.

Yo ahí si no. Éticamente no me gustaría meterme en ese lío. En cambio sí estoy en favor de las sociedades de convivencia. Mira, muchas veces vemos a chavos en la calle que crecen sin ningún emblema familiar. El que sean homosexuales o lesbianas yo no le veo ninguna bronca.