Agentes creían que quería huir
Llegó a Estados Unidos a los 11 años, a los 27 ya tenía su permiso para trabajar en ese país. La historia del migrante mexicano Javier Canepa Díaz, de Acapulco, Guerrero, acabó el viernes pasado cuando agentes del Departamento de Policía de Santa Ana, California, le dispararon cuando se estacionaba al llegar a su casa; creyeron que quería darse a la fuga.
Él deja cuatro niños y a su esposa, quien decidió inhumar su cuerpo. La mujer tiene la representación legal para exigir justicia en su caso. El connacional tenía antecedentes de contacto con policías por identificarse de manera falsa ante un oficial.
El hombre, quien nació el 27 de diciembre en Acapulco, logró instalar un taller de hojalatería de autos en Santa Ana. La Cancillería ayuda al padre del mexicano, que vive en Guerrero, para tramitar su visa humanitaria y despedirse de su hijo.
Según testimonios de la familia, que vieron lo que ocurrió, oficiales tocaron la puerta de su domicilio, pero él no se encontraba; lo esperaron afuera de su domicilio. Canepa Díaz llegó en su vehículo, un policía se le acercó. El mexicano maniobró, el oficial pensó que quería darse a la fuga, por lo que disparó. La Secretaría de Relaciones Exteriores dijo que la acción fue fuera de protocolo. El jefe de la policía de Santa Ana declaró que el mexicano llevaba en el carro una réplica de una pistola de metal y un cuchillo.Natalia Gómez