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Los gobernadores de Nuevo León y Morelos, Rodrigo Medina y Graco Ramírez, así como el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, se pronunciaron a favor de un mando único de policía estatal.

Ayer, el Senado de la República reactivó con audiencias públicas el debate sobre la iniciativa constitucional propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto en materia de justicia y seguridad, en el que los mandatarios locales expusieron sus experiencias y pidieron que el tema no se politice.

En tribuna, Mancera Espinosa defendió el esquema de mando único policial y reveló que la crisis de seguridad en los municipios es tan grave que la capital del país ha enviado el equipo que deja de utilizar y las armas consideradas “obsoletas” a los alcaldes que así se lo han solicitado.

“La ciudad de México, cuando deja obsoletas armas, las está enviando a los municipios, es un requerimiento de diferentes ayuntamientos del país, porque no tienen. Las armas que han quedado obsoletas en una entidad llegan a un municipio porque es la única opción que tienen para poder trabajar, lo mismo hablo de vehículos. ¡Ya no hablemos de infraestructura para estar comunicados y conectados! Si se continúa con este esquema de las policías, en muchos de los casos se vuelven en corporaciones propias para usos ajenos a lo que sería la propia función de la seguridad pública”.

El jefe de gobierno del DF se declaró a favor de este modelo policial: “Me parece que si el esfuerzo va acompañado de una buena planeación de equipamiento, de capacitación y, por supuesto, de respuesta a la demanda de la ciudadanía, este puede ser un antes y un después para todo el país. El modelo ha sido probado en la ciudad de México”, comentó.

Detalló que en el Distrito Federal “existe una única corporación, donde tenemos más de 43 mil elementos de la policía preventiva, que sumados a policías complementarias —auxiliar y bancaria— llegamos aproximadamente a 80 mil oficiales, lo que permite entender los parámetros de capacitación de manera integral a todo el cuerpo de la policía”.

Respaldan estrategia. En la misma audiencia, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, se pronunció porque existan 32 policías únicas para eficientar el trabajo de seguridad y ayudar a que la ciudadanía identifique con claridad quién tiene el mando.

“Sí planteó una sola policía federal, sí planteó 32 policías”, dijo el mandatario perredista, quien pidió a los partidos y a los distintos actores políticos que no vean esta problemática como una bandera para intereses de grupo.

Dijo que es urgente cambiar la estrategia de seguridad del país, situación que también permitirá que finalmente regresen a sus cuarteles las Fuerzas Armadas.

“Cambiemos el paradigma: construyamos 32 policías y que den la cara los 32 responsables de la gobernabilidad de este país, que somos los gobernadores y el jefe de Gobierno del DF”, expresó el gobernador.

Al respecto, el mandatario de Nuevo León, Rodrigo Medina, dijo que para avanzar hacia un cambio de fondo en la creación de 32 policías estatales, se requiere de una “voluntad política inquebrantable”.

“Quizá no estemos acostumbrados a invertir lo que debemos invertir en materia de seguridad. Y dos, por más recursos que se le inviertan al tema, es más cara la inseguridad, siempre. Siempre va a ser más cara la inseguridad”, comentó al exponer el modelo de coordinación policiaca que opera en Nuevo León.

Relató que para instrumentar un mando único en Nuevo León tuvo que aumentar impuestos locales, cancelar programas gubernamentales y despedir a mil 200 servidores públicos para obtener los recursos “suficientes” para instrumentar la nueva estrategia de seguridad y reducir los índices de inseguridad.

Medina de la Cruz recomendó una depuración de las corporaciones, ya que “es preferible tener 10 (policías) que sean buenos, a mil malos”. Y pidió a los legisladores aprobar recursos con los cuales se puedan garantizar sueldos e incentivos que garanticen el bienestar de los agentes que cumplan con los estándares y que demuestren su honestidad y su compromiso con la ciudadanía.

jram