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Cuando le tocaba viajar con legisladores que traen guaruras, el diputado Gabriel Gómez Michel decía a sus compañeros: “Para qué traes a esos [escoltas], mientras hagas las cosas bien, Dios te protege”.

Michel era pediatra y aficionado al futbol, incluso llegó a jugar en Segunda División. Hacía sus actividades sin muchos colaboradores y sin ser ostentoso.

Hace algunos años, cuando iba y venía de la comunidad El Grullo a las costas de Jalisco, ofrecía consultas médicas gratuitas a los niños de los pueblos alejados de las grandes comunidades.

Quienes lo conocieron dicen que llegó a la política por “accidente”, en el año 2000, pues al tener contacto directo con la gente por su profesión, se hizo popular en su zona. En 2012, el entonces candidato a gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, lo invitó a convertirse en diputado federal en alianza con el PVEM.

En San Lázaro pidió reintegrarse a las filas del tricolor y enseguida presentó la primera de 49 iniciativas de su autoría.

En la primera de sus iniciativas propuso incluir la salud sexual y reproductiva, la prevención, detección oportuna y atención de los cánceres de mama y cervicouterino como materia de salubridad general.

Fue también secretario de la Comisión de Derechos Humanos e integrante de Medio Ambiente y Ganadería, alcalde de El Grullo, miembro de la CNC y productor de caña.

Sus compañeros lo describen como un hombre honesto, deportista, hogareño y “no problemático”, incluso se convirtió en el doctor de la bancada, especialmente cuando los legisladores tuvieron que quedarse varias horas en sesión por las noches.

Mientras sesionaba, vía celular atendía a pacientes de su comunidad y les pedía que lo llamaran después para ver su evolución.

Gómez Michel era aficionado a los deportes, especialmente al futbol, por lo que era común escucharlo hablar sobre los logros de su sobrino Luis Ernesto Michel, portero suplente de las Chivas Rayadas del Guadalajara, su equipo favorito.

Legisladores comentan que el lunes pasado Gómez Michel venía de la sierra para trasladarse al Distrito Federal. Se lo llevaron a dos kilómetros de la terminal aérea tapatía y a la sesión de ayer en San Lázaro nunca llegó. (Con información de Raúl Torres, corresponsal)