nurit.martinez@eluniversal.com.mx  

El mercado laboral en México “favorece” a aquellos que no tienen un alto nivel educativo, afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), luego de que el desempleo afectó más a las personas con educación superior que a los que tienen estudios por debajo del bachillerato, en una proporción superior a un punto porcentual.

El desempleo entre quienes tenían la educación superior afectó a 4.6% de ese grupo, mientras de los que se quedaron sin trabajo y no concluyeron la educación media superior representaron 3.5% de ese sector en el año 2012, según el organismo.

Significa que el mercado laboral “toma a los que tienen bajas capacidades” y ello se convierte en un “incentivo negativo” para aumentar los niveles de formación de las personas, aseguró Gabriela Ramos, directora de Gabinete y sherpa de la OCDE.

A esa situación se suma que durante la última década el número de jóvenes que no estudian ni trabaja (ninis) ha permanecido y afecta a 22% de los jóvenes de entre 15 y 19 años de edad.

“Es alta”, pero aún así nuestro país se ubica detrás de Turquía, España, Italia y Chile, con tasas de 29 a 22.33% en el grupo de jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. Además de que un “reto importante” que está pendiente por abordar es el impacto del “paso de la muerte” en que se ha convertido la deserción escolar y que hace que nuestro país se quede con apenas 53% de los jóvenes en la escuela, en tanto que entre las naciones de la OCDE lo hacen 83%, incluso Brasil y Argentina retienen a 70% de la población.

Definió que existe un “factor de expulsión” entre jóvenes que necesitan generar ingresos y en la educación no encuentran incentivos para quedarse en la escuela, porque “sienten que esto (la educación) no va a pagar más”.

Crece brecha pobres y ricos

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, asegura que la expansión de la educación hasta ahora no ha dado lugar a una educación inclusiva y se tiene que abordar “con urgencia este contratiempo”.

Se trata del valor de la educación como un factor de movilidad social y ese está en riesgo de “paralizarse”, debido a que “si bien la educación puede sacar a la gente de la pobreza y la exclusión social”, los beneficios no son advertidos de igual forma entre las familias, agrega en la presentación del informe anual que aborda la situación de la educación en los países asociados a la organización.

El ex secretario de Hacienda mexicano y hoy titular de la OCDE afirma que existe una “brecha social cada vez mayor entre los ricos y pobres de educación”, y la exclusión de estos últimos en el beneficio de obtener una mayor educación puede convertirse en una “amenaza” o impacto en la creencia en los procesos políticos, la participación social, el acceso a la salud y la seguridad, entre otros.

“Las sociedades que tienen una gran proporción de personas poco calificadas corren el riesgo de un deterioro en la cohesión social y el bienestar”, considera.

En la presentación del Panorama de la Educación 2014 —a través de videoconferencia desde París, Francia—, la directora de Gabinete de ese organismo, Gabriela Ramos, planteó que en la medida que no abordemos la informalidad, las familias encuentran un “incentivo negativo” para aumentar el nivel educativo de la población.

Advirtió que en el caso de México “a mayor nivel educativo los niveles de desempleo son mayores” y se está convirtiendo en un axioma.

“El mercado laboral en México favorece a aquellos que no tienen un alto nivel educativo en mayor medida frente a otros países. Luego nos preguntamos por qué la productividad laboral es baja, y por qué la competividad es baja, porque los chicos con nivel educativo alto tampoco son tomados por el mercado laboral para aprovechar esas capacidades”, detalló.

Calificó a éste como un “tema fundamental”, que las distintas reformas avaladas en México consideraron como estrategia “de manera coordinada y coherente”.

Añadió que en la medida que no se aborde la informalidad, se convierte en un “incentivo negativo para incrementar el nivel educativo de la población que no va desaparecer”.

Describió que lo que está demandando el mercado laboral mexicano es “un nivel educativo no tan elevado o lo premia menos”, por lo que se prevé que la productividad seguirá siendo baja, con sectores de bajo dinamismo y bajo desempeño.

La también mexicana indicó que esto no es sólo una cuestión de gobierno sino también de las familias para que le otorguen un valor a la educación e inviertan en la formación de los jóvenes.

La funcionaria de la OCDE calificó de “positivos” y “optimistas” los avances de México entre 2005 y 2012, en cobertura de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y educación superior.