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Tras 20 meses de selección y capacitación, ayer el presidente Enrique Peña Nieto abanderó y puso en funcionamiento a la nueva Gendarmería, la séptima división de la Policía Federal que arranca con 5 mil elementos y cuyo objetivo principal es convertirse en una corporación cercana a la gente, sensible, solidaria y respetuosa de los derechos humanos.

Su primer reto es construir una relación de respeto y confianza con las comunidades en donde se despliegue.

De acuerdo con las autoridades, el agrupamiento se enfocará en prevenir riesgos en los ciclos productivos. Ejemplo de ello son el secuestro y la extorsión de productores de plátano en Tabasco, de sorgo en Tamaulipas, de ganaderos en Chiapas y el robo de combustible en Guanajuato, incluso los plagios en Valle de Bravo, vinculados al daño que ocasionan al sector turístico.

Uno de los factores preponderantes será que la Gendarmería y otras divisiones de la Policía Federal o de las Fuerzas Armadas no se dupliquen en sus funciones.

En el Centro de Mando de la Policía Federal, el presidente Enrique Peña Nieto destacó que la creación de este nuevo cuerpo policial representa el inicio de un nuevo e innovador modelo de seguridad ciudadana y operación policial en el país.

Se trata, dijo, de una nueva fuerza policial para asegurar el control territorial del Estado en las zonas con mayor debilidad institucional. Esta Gendarmería deberá proteger a los mexicanos, sus bienes y sus fuentes de trabajo cuando éstos se vean amenazados por la delincuencia.

La Gendarmería contribuirá a contener y desarticular aquellas organizaciones delincuenciales que minan la actividad económica en un territorio determinado a través de ilícitos como el robo, la extorsión o el secuestro.

De lo que se trata, puntualizó, es que la nueva corporación brinde seguridad a la ciudadanía y proteja el desarrollo regional del país.

Destacó que el diseño de esta nueva división, así como su organización, tomó en cuenta las recomendaciones de académicos, organizaciones de la sociedad civil, jefes de policía y titulares de agencias de seguridad de naciones como Colombia, Francia, Estados Unidos, Italia, España y Chile, entre otros.

Acompañado por su gabinete de seguridad, Peña Nieto destacó que el proceso de reclutamiento, selección y formación fue riguroso.

Se registraron más de 130 mil personas para formar parte del grupo, pero sólo 5 mil aprobaron las entrevistas, evaluaciones, cursos de formación y pruebas de confianza. Son jóvenes oficiales menores de 30 años y personal de mando oscila entre los 34. Preparados académicamente, quienes realizarán labores operativas tienen mínimo el bachillerato o licenciaturas.

Los elementos, explicó Peña Nieto, tienen formación policial y militar, toda vez que en academias de la Policía Federal e instalaciones de la Secretaría de la Defensa recibieron capacitación para enfrentar la inseguridad, detener a los delincuentes y llevarlos ante la justicia.

Con la presencia de los 5 mil elementos de la Gendarmería ataviados con sus distintos uniformes, el jefe del Ejecutivo dijo que los nuevos policías están capacitados para procesar y compartir información estratégica con otras dependencias federales, así como combatir con eficacia la criminalidad.