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Manuel Bartlett (PT) da la tónica de reprobación a los dictámenes energéticos. Y levanta la atención al decir: “Vámonos, esta farsa no amerita perder el tiempo”.

Se despide del presidente de la Comisión de Energía, David Penchyna (PRI):

—Muchas gracias, señor presidente, por su atención. Con permiso.

—Gracias, senador Bartlett, que tenga buen día—, contesta un David Penchyna que lleva el control de la reunión en su enésimo incidente, que ha tomado nota de las descalificaciones a su papel en el trabajo de elaborar los dictámenes de las leyes energéticas.

Continúa la escaramuza de la izquierda. Ya ha hablado Miguel Barbosa (PRD) con la petición de 48 horas para armar la defensa del debate en lo particular, a destiempo, le dicen Penchyna y Raúl Gracia (PAN), presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Primera.

Mientras habla Carlos Alberto Puente Salas (PVEM) a favor, perredistas y Bartlett de un lado y, de otro, los priístas y panistas redefinen la estrategia.

Zoé Robledo (PRD), a nombre del PRD, exige a Penchyna que regrese a su lugar en la presidencia de la mesa y lanza un dardo:

—Usted no estuvo a la altura, tuvo que haber conducido un debate amplio, abierto, hacia la sociedad. Decidió otro camino y eso no se va olvidar fácilmente.

—Quisieron que cayera en la trampa, en la descalificación. Me atacaron hasta decir basta. No pudieron; hay dictámenes—, dirá más tarde David Penchyna, quien, al oír hablar a Zoé, prepara agregados a su mensaje en el posicionamiento del PRI.

Así ocurre. Zoé Robledo repudia a los priístas y panistas: “Demostraron que no saben para qué sirve la mayoría; hagan ustedes lo que quieran con su mayoría: Nos vamos”.

Por segunda vez, en la fase de discusión y votación de dictámenes, se salen los perredistas. Panistas y priístas siguen la tarea, como si nada hubiera pasado.

A las puertas del salón llega el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, quien con toda calma declara: El jueves habrá periodo extraordinario.